viernes, 12 de diciembre de 2014

HOJA INFORMATIVA Nº 921



DEL 14 AL 21 DE DICIEMBRE DE 2014

CULTO EN L’ALCORA

· Domingo 14 – TERCERO DE ADVIENTO.

· Miércoles 17 – A las 17,30 h, en La Foia, celebración Comunitaria del Perdón.                             * A las 18,30 h. misa en sufragio del cura Venerable Juan Bta. Bertrán Ahís.
· Jueves 18 – A las 20 h. celebración preparatoria de la Navidad con los jóvenes de Confirmación.
· Sábado 20 – A las 18 h, en san Francisco, aniversario de  José Mollón Benages.
                     *A las 19 h, en la Parroquia, aniversario de  Bienvenida Gallén García.

· Domingo 21 – CUARTO DE ADVIENTO.

ADORACIÓN DEL SANTÍSIMO.  Miércoles 17 de diciembre

De 11h a 12h en San Francisco.
Desde las 17 h hasta la Misa, en la Parroquia.
* A las 18 h tendrá lugar el rezo de vísperas.

 Itinerario de FORMACIÓN de ADULTOS -
   Jueves  18 - a las 17 h. reunión del grupo 1           
                    - a las 21 h. reunión de los grupos 2 y 3

BENDICIÓN DEL NIÑO JESÚS

   Como viene siendo tradición, el último domingo de Adviento, día 21, en la misa de niños (12 h), se bendicen las imágenes del Niño Jesús que porten los fieles.

TAPICES NAVIDEÑOS

   Como en años anteriores, se pueden adquirir en la oficina parroquial los tapices con la imagen del Niño o el Nacimiento para colgar en el balcón, al precio de 17 €.

Domingo III/B de ADVIENTO:   Juan 1, 6-8.19-28

Hay algo paradójico en la actitud de bastantes contemporáneos ante la figura de Jesucristo. Por una parte creen que lo conocen y no tienen mucho que aprender sobre él. Por otra, su ignorancia sobre la persona y el mensaje de Jesús es casi absoluta.
En realidad, lo que saben de él apenas supera unas vagas impresiones que conservan desde la infancia. Después no han sentido necesidad alguna de conocerlo más a fondo.  En algunos, su figura solo evoca episodios ingenuos y milagros irreales, representados mil veces por artistas, pero muy alejados de la trama de la vida moderna.
¿Conocen mejor a Jesús los que se tienen por cristianos? Sorprende ver cómo los mismos practicantes reducen a menudo el evangelio a lo anecdótico y maravilloso, y cómo encierran el misterio de Jesús en imágenes simplistas, muy alejadas a veces de lo que realmente fue él.
«Entre vosotros hay uno que no conocéis». Estas palabras las pronuncia el Bautista refiriéndose a Jesús, su preocupación es «allanar el camino» para que aquella gente pueda creer en él.
Es cierto que en la Iglesia estamos siempre hablando de Jesús. En teoría, nada hay más importante para nosotros. Pero luego se nos ve girar tanto sobre nuestras ideas, proyectos y actividades que no pocas veces Jesús queda en un segundo plano. Somos nosotros mismos quienes, sin darnos cuenta, lo «ocultamos» con nuestro protagonismo.
Tal vez la mayor desgracia del cristianismo es que haya tantos hombres y mujeres que se dicen «cristianos», y en cuyo corazón Jesús está ausente. No lo conocen. No vibran con él. No los atrae ni seduce. Jesús es una figura inerte y apagada. No les dice nada especial que aliente sus vidas. Su existencia no está marcada por Jesús.
Estamos necesitados de Jesús. La figura del Bautista, abriéndole camino en medio del pueblo judío, nos anima a despertar hoy esta actitud tan necesaria. En medio de la oscuridad de esta sociedad necesitamos “testigos de la luzque nos llega desde Jesús. Creyentes que despierten el deseo de Jesús y hagan creíble su mensaje. Seguidores que lo rescaten del olvido para hacerlo más visible entre nosotros.
Testigos humildes que, al estilo del Bautista, no se atribuyan ninguna función que centre la atención en su persona, robándole protagonismo a Jesús. Los testigos de Jesús no hablan de sí mismos. Su palabra más importante es siempre la que le dejan decir a Jesús. En realidad, el testigo no tiene la palabra. Es solo «una voz» que anima a todos a «allanar» el camino que nos puede llevar a él. La fe en nuestro mundo se sostiene también hoy en la experiencia de esos testigos humildes y sencillos que, en medio de tanto desaliento y desconcierto, ponen luz, pues nos ayudan con su vida a sentir la cercanía de Jesús.
Por eso «el cristiano es un hombre o una mujer de esperanza», porque «sabe que el Señor vino, viene y vendrá».
José Antonio Pagola