viernes, 8 de mayo de 2015

HOJA INFORMATIVA Nº 942



DEL 10 AL 17 DE MAYO DE 2015. 

 CULTO EN L’ALCORA

· Domingo 10 SEXTO DE PASCUA.
          * A las 12h., PRIMERAS COMUNIONES.

· Jueves 14 – San Matías, apóstol.
· Viernes 15 – San Isidro, labrador.
* A las 11 h en las Carmelitas, Misa de la fiesta conmemorativa del Hogar Madre Rosa Ojeda.
· Sábado 16 – A las 19,30 h., en la Parroquia, aniversario de Pilar Bachero Albalat.

· Domingo 17 – LA ASCENSIÓN DEL SEÑOR.
          * A las 12 h., PRIMERAS COMUNIONES
- Colectas para las Obras de la Casa de Cáritas –

ADORACIÓN DEL SANTÍSIMO. Miércoles 13 de mayo

De 11h a 12h en San Francisco.
Desde las 17’30h hasta la Misa, en la Parroquia.
A las 19h, rezo de vísperas.

CONVOCATORIAS COMUNIONES:  Domingo  17

- Lunes 11: de 17,30 a 18,30 penitencial niños y padres.
                 a las 20h en la iglesia, reunión de padres.
- Miércoles 13 y jueves 14:
               de 17,30 a 18,30 preparación niños.
- Viernes 15:  a las 20 h en la iglesia, ensayo general.

Domingo VI de PASCUA:    Juan  15 ,9-17

El evangelista Juan pone en boca de Jesús un largo discurso de despedida en el que se recogen con una intensidad especial algunos rasgos fundamentales que han de recordar sus discípulos a lo largo de los tiempos, para ser fieles a su persona y a su proyecto.  También en nuestros días.
«Permaneced en mi amor».  Es lo primero.  No se trata sólo de vivir en una religión, sino de vivir en el amor con que nos ama Jesús, el amor que recibe del Padre.  Ser cristiano no es en primer lugar un asunto doctrinal, sino una cuestión de amor.  A lo largo de los siglos, los discípulos conocerán incertidumbres, conflictos y dificultades de todo orden.  Lo importante será siempre no desviarse del amor.
Permanecer en el amor de Jesús no es algo teórico ni vacío de contenido.  Consiste en «guardar sus mandamientos», que él mismo resume enseguida en el mandato del amor fraterno: «Éste es mi mandamiento; que os améis unos a otros como yo os he amado».  El cristiano encuentra en su religión muchos mandamientos.  Su origen, su naturaleza y su importancia son diversos y desiguales.   Con el paso del tiempo, las normas se multiplican.  Sólo del mandato del amor dice Jesús: «Este mandato es el mío».  En cualquier época y situación, lo decisivo para el cristianismo es no salirse del amor fraterno.
Jesús no presenta este mandato del amor como una ley que ha de regir nuestra vida haciéndola más dura y pesada, sino como una fuente de alegría: «Os hablo de esto para que mi alegría esté en vosotros y vuestra alegría llegue a plenitud».  Cuando entre nosotros falta verdadero amor, se crea un vacío que nada ni nadie puede llenar de alegría.
Sin amor no es posible dar pasos hacia un cristianismo más abierto, cordial, alegre, sencillo y amable donde podamos vivir como «amigos» de Jesús, según la expresión evangélica.  No sabremos cómo generar alegría.  Aún sin quererlo, seguiremos cultivando un cristianismo triste, lleno de quejas, resentimientos, lamentos y desazón.
A nuestro cristianismo le falta, con frecuencia, la alegría de lo que se hace y se vive con amor.  A nuestro seguimiento a Jesucristo le falta el entusiasmo de la innovación, y le sobra la tristeza de lo que se repite sin la convicción de estar reproduciendo lo que Jesús quería de nosotros.
No podemos llamar "amor" a cualquier cosa, donde hay amor; al menos, donde hay un amor como el de Jesús, hay entrega generosa, hay respeto, hay preocupación por el otro, fidelidad, perdón y ayuda.
José Antonio Pagola