viernes, 20 de julio de 2012

HOJA INFORMATIVA Nº 796

DEL 22 AL 29 DE JULIO DE 2012

CULTO EN ARAIA, EN VERANO

Domingo 5 y jueves 15 de Agosto a las 12h, Misa.

CULTOS EN L'ALCORA
 
• Domingo 22 – XVI DEL TIEMPO ORDINARIO.
* Colectas destinadas para las OBRAS.

• Lunes 23 – Santa Brígida, religiosa, patrona de Europa.
• Miércoles 25 – SANTIAGO, Apóstol, patrono de España.
• Jueves 26 – San Joaquín y Santa Ana, padres de la Virgen María.
• Sábado 28 – A las 19’30h en la Parroquia, Aniversario de Amalia Ventura Salvador.

• Domingo 29 XVII DEL TIEMPO ORDINARIO

PORTADORES DEL CRISTO

Como en años anteriores, hacemos una llamada a aquellos que quieran ser portadores del Cristo en la procesión de bajada del Calvario del día de la fiesta principal de nuestro pueblo. Hacen falta 12 personas. Seis que bajarán al Cristo y seis que llevarán las cintas. Quienes estén interesados en bajar al Cristo o llevar las cintas, han de apuntarse en la oficina parroquial.

SANTIAGO, APÓSTOL Y CAMINO

La solemnidad de Santiago el Mayor, patrón de España, nos sirve para recordar de nuevo la figura del apóstol y la santidad de su vida. Siempre cercano a Jesucristo, es quien mejor nos puede mostrar el camino para llegar hasta Él. Precisamente el “camino” es lo primero que asociamos cuando escuchamos su nombre.
Los que hemos tenido la suerte de hacer el camino de Santiago tenemos aún guardada la imagen del día de la llegada a Santiago de Compostela. Día de emociones, culmen de muchas vivencias y sentimientos. Es día de alegría. Se alcanza el destino. Un destino que da sentido a todas las vivencias, interiores y compartidas durante varios días: los buenos momentos de convivencia, de risas, los momentos de silencio y de oración. Sin olvidar los momentos difíciles, las cuestas, las incomodidades y los dolores. Todo se supera, y merece la pena, cuando se tiene clara la meta. A la llegada, risas, lágrimas de emoción, abrazos, felicitaciones. Hasta el silencio tendrá su hueco en la Plaza del Obradoiro. Con este volcán de emociones también brota una paz especial. La paz interior de un trabajo continuo bien realizado.

Pero para vivir el Camino de Santiago con autenticidad la fe es imprescindible. Una fe que está fundamentada en los pilares de los apóstoles, que fueron quienes, cumpliendo con el mandato de Cristo de anunciar el Evangelio a todas las naciones, sembraron la Palabra de Dios por todos los rincones. Según la tradición, Santiago fue el encargado de predicar en España, y por eso lo veneramos como patrón.

Los Evangelios aportan muchos detalles de la vida de Santiago y los Hechos de los Apóstoles aluden a su muerte. El apóstol Santiago, conocido como el Mayor, para distinguirle de Santiago Alfeo o el Menor, era hijo de Zebedeo y de María Salomé y hermano de Juan. Jesús llamó a los dos hermanos cuando estaban en la barca arreglando las redes, y éstos, dejando a su padre Zebedeo en la barca, se fueron con él. Desde entonces estuvieron siempre con Jesús.

Santiago era un hombre impetuoso y decidido; suscitó la reacción de los otros apóstoles al pedir para él y para su hermano Juan los primeros puestos en el Reino. Este temperamento impetuoso hizo que Jesús los llamase «Boanerges», «hijos del trueno». Al mismo tiempo, Santiago era uno de los dis¬cípulos predilectos de Jesús, junto con su hermano Juan y Simón Pedro: los tres fueron testigos de la transfiguración del Señor en el monte Tabor y de su agonía en el huerto de Getsemaní.
Después de la Ascensión del Señor, Santiago emprendió su viaje apostólico que le llevó a predicar el Evangelio hasta la Península Ibérica. Cuando volvió a Jerusalén fue decapitado por Herodes Agripa I hacia el año 44. Ante el temor a que su cuerpo fue¬se profanado por los judíos, sus apóstoles, Atanasio y Teodoro, trasladaron sus res¬tos en barca a las costas de Galicia, desembarcando en Iria Flavia, la actual Padrón, y enterrándolo en un lugar cercano.
Según una antigua tradición, Santiago el Mayor predicó en España. Primero en Galicia, donde estableció una comunidad cristiana, y luego a Zaragoza. La Leyenda nos cuenta que las enseñanzas del Apóstol no fueron aceptadas y solo siete personas se convirtieron al Cristianismo. Estos eran conocidos como los «Siete Convertidos de Zaragoza». Las cosas cambiaron cuando la Virgen Santísima se apareció al Apóstol en esa ciudad (la Virgen del Pilar). Desde entonces la intercesión de la Virgen hizo que se abrieran extraordinariamente los corazones a la evangelización de España.