jueves, 11 de abril de 2013

HOJA INFORMATIVA Nº 834



DEL 14 AL 21 DE ABRIL DE 2013

CULTO EN L'ALCORA
 
· Domingo 14 – TERCERO DE PASCUA.
          * A las 13’15h, BAUTIZOS.

· Lunes 15 – A las 19’30h, en la Parroquia, Funeral por Encarna Peña Navarro, fallecida recientemente en Castellón.
· Sábado 20 – A las 21’15h, Vigilia de la Adoración Nocturna.
·  
· Domingo 21 – CUARTO DE PASCUA.
JORNADA DE ORACIÓN POR LAS VOCACIONES
          * A las 11h, Misa en honor de San Juan Bta. de la Salle (Asociación AA. AA. de la Salle).

ADORACIÓN DEL SANTÍSIMO. Miércoles 17 de abril

De 11h a 12h en San Francisco.
Desde las 17’30h hasta la Misa, en la Parroquia.
A las 19h, rezo de vísperas.

CONVOCATORIAS

- Lunes 15 a las 21’30h, reunión de la Junta Local de Cofradías de Semana Santa.
- Martes 16 a las 16h, reunión de Vida Ascendente.
- Viernes 19 a las 21’30h en la Capilla del Sagrario, Oración Comunitaria por las vocaciones.

PEREGRINACIÓN DIOCESANA A LOURDES

  La Peregrinación Diocesana con enfermos a Lourdes, tendrá lugar este año del 26 de junio al 1 de julio. Para inscribirse u obtener más información, pueden llamar a Mariano Gil (Tel. 964 36 02 32).

CADENA DE ORACIÓN POR LAS VOCACIONES

   El domingo 21 de abril es la Jornada de Oración por las Vocaciones. Coincidiendo con el fin de semana de dicha Jornada, la Delegación de Pastoral Vocacional organiza, como viene siendo costumbre, una Cadena de Oración por las Vocaciones a nivel de la Diócesis.
   Nuestra Parroquia se une a la Cadena con exposición del Santísimo el viernes 19 a las 21’30h en la Oración comunitaria, el sábado 20 de 10h a 12h y el domingo de las 16h a 20h. Particularmente nos podemos unir también al rezo por las vocaciones durante el fin de semana. Invitamos a participar en las horas en que el Santísimo estará expuesto.

AL AMANECER

  En el evangelio del domingo se recoge un relato del encuentro de Jesús resucitado con sus discípulos a orillas del lago Galilea.
  Cuando se redacta, los cristianos están viviendo momentos difíciles de prueba y persecución: algunos reniegan de su fe. El narrador quiere reavivar la fe de sus lectores.
  Se acerca la noche y los discípulos salen a pescar. No están los Doce. El grupo se ha roto al ser crucificado su Maestro. Están de nuevo con las barcas y las redes que habían dejado para seguir a Jesús. Todo ha terminado. De nuevo están solos.
  La pesca resulta un fracaso completo. El narrador lo subraya con fuerza: "Salieron, se embarcaron y aquella noche no cogieron nada". Vuelven con las redes vacías. ¿No es ésta la experiencia de no pocas comunidades cristianas que ven cómo se debilitan sus fuerzas y su capacidad evangelizadora?
  Con frecuencia, nuestros esfuerzos en medio de una sociedad indiferente apenas obtienen resultados. También nosotros constatamos que nuestras redes están vacías. Es fácil la tentación del desaliento y la desesperanza. ¿Cómo sostener y reavivar nuestra fe?
  En este contexto de fracaso, el relato dice que "estaba amaneciendo cuando Jesús se presentó en la orilla". Sin embargo, los discípulos no lo reconocen desde la barca. Tal vez es la distancia, tal vez la bruma del amanecer, y, sobre todo, su corazón entristecido lo que les impide verlo. Jesús está hablando con ellos, pero "no sabían que era Jesús".
  ¿No es éste uno de los efectos más perniciosos de la crisis religiosa que estamos sufriendo? Preocupados por sobrevivir, constatando cada vez más nuestra debilidad, no nos resulta fácil reconocer entre nosotros la presencia de Jesús resucitado, que nos habla desde el Evangelio y nos alimenta en la celebración de la cena eucarística.
  Es el discípulo más querido por Jesús el primero que lo reconoce:"¡Es el Señor!". No están solos. Todo puede empezar de nuevo. Todo puede ser diferente. Con humildad pero con fe, Pedro reconocerá su pecado y confesará su amor sincero a Jesús:"Señor, tú sabes que te quiero".
  En nuestros grupos y comunidades cristianas necesitamos testigos de Jesús. Creyentes que, con su vida y su palabra nos ayuden a descubrir en estos momentos la presencia viva de Jesús en medio de nuestra experiencia de fracaso y fragilidad. Los cristianos saldremos de esta crisis acrecentando nuestra confianza en Jesús. Hoy no somos capaces de sospechar su fuerza para sacarnos del desaliento y la desesperanza.