viernes, 26 de julio de 2013

HOJA INFORMATIVA N 849



DEL 28 DE JULIO AL 4 DE AGOSTO DE 2013

 CULTO EN ARAIA

Jueves 15 de agosto a las 12h, Misa y Procesión.

CULTO EN L'ALCORA

· Domingo 28 – XVII DEL TIEMPO ORDINARIO.
          * A las 9h en San Francisco, Misa del Barrio San Jaime en honor de su patrono.

· Lunes 29 – Santa Marta.
· Miércoles 31 – San Ignacio de Loyola.
· Jueves 1 – San Alfonso Mª de Ligorio, obispo.
· Viernes 2 – A las 19’30h en la Parroquia, Misa del Apostolado de la Oración por Carmen Granell Nomdedéu.
· Sábado 3 – A las 19’30h en la Parroquia, Aniversario de Nieves Bartoll Bartoll.
            * A las 21’15h en la Capilla del Santísimo, Vigilia de la Adoración Nocturna.

· Domingo 4 – XVIII DEL TIEMPO ORDINARIO.
            * Colecta destinadas a CÁRITAS.

FIESTA DE SAN SALVADOR

   El próximo martes 6 de agosto, con motivo de la fiesta de la Transfiguración del Señor, tendrá lugar la misa en la ermita de San Salvador. Este año nadie nos ha comunicado que quiere hacerse cargo de los preparativos en la ermita y de la misa, lo que damos a conocer por si alguien se ofrece.

GESTOS Y ACTITUDES

  Si hemos asistido alguna vez a una ópera o la hemos podido ver a través de la televisión, descubrimos cómo el canto, las palabras, los gestos, la decoración, etc., todo hace disfrutar de lo que se está realizando, y tanto los actores como los espectadores viven de alguna manera lo que se está narrando y describiendo.
  La liturgia cristiana está también envuelta de una decoración, de palabras, silencios, cantos, gestos etc., que ayudan a entrar en el misterio de lo que allí se celebra. Descuidar esos elementos es, por lo general, perder la profundidad de lo que se celebra y salir con la sensación de que se ha perdido el tiempo y no hemos llegado a descubrir y sentir la presencia amorosa de Dios.
  En la liturgia utilizamos algunas posturas a través de las cuales queremos que sea toda la persona, alma y cuerpo, la que se implique y no solamente la razón o el espíritu.
  De pie. Es la postura que caracteriza al hombre creado a imagen de Dios. Es signo del respeto que el ser humano tiene ante lo sagrado. Nos ponemos de pie al leer el Evangelio. Se está de pie delante de Dios cuando se le dirige la oración. En las iglesias antiguas el altar está dirigido hacia oriente que simboliza a Cristo resucitado, llamado “sol que nace del oriente”. Estar de pie es esperar a Cristo, “sol de lo alto”, que viene a salvarnos. Y se le recibe estando de pie.
  Sentado. Significa serena y apacible disponibilidad. Por eso las lecturas y la homilía se escuchan sentados. Se está atento para interiorizar lo que nos pide nuestro Dios y responder con generosidad y prontitud.
  De rodillas. Indica la oración de súplica, hecha desde la humildad, desde la sencillez. Moisés se descalzó y se puso de rodillas ante Dios que le hablaba en la zarza ardiente. Se sentía indigno de estar ante Dios, todo poderoso y tres veces santo. Ponerse de rodillas ante Dios ayuda a sentirse creatura, a no creerse más que los demás, a reconocer las propias flaquezas y debilidades suplicando a Dios que tenga misericordia y conceda su paz y su gracia.
  Genuflexión. Se dobla la rodilla ante la presencia del Señor en la Eucaristía. Gesto sencillo, pero que recuerda la grandeza del Señor al hacerse pequeño, quedarse con nosotros en el sagrario y darse en alimento en el pan que recibimos en la Eucaristía. Muchos cristianos desconocen este gesto o lo consideran inútil. Pero el cuerpo necesita expresar con gestos los que se vive interiormente. Y los cristianos adoramos a Cristo hecho compañero de viaje y presente en el Pan Consagrado. ¿No hacemos gestos de reverencia ante personas revestidas de dignidad? ¿Por qué descuidarlo ante la Eucaristía? Hacerlo con respeto, con dignidad y sin prisa nos hace un gran bien.
  Las manos y brazos tendidos a lo alto. Así hacen los sacerdotes las oraciones en nombre de la comunidad cuando celebran la divina liturgia. Extienden las manos hacia el cielo como lo hacía Moisés mientras intercedía por su pueblo confrontado a una terrible batalla. Mientras extendía las manos ganaba Israel, cuando las bajaba perdía. Las manos abiertas y mirando al cielo significan que todo lo esperamos del Señor y a él se lo pedimos. La oración va dirigida a Dios, dador de todo bien, y se indica con las manos abiertas y extendidas hacia lo alto.