viernes, 10 de abril de 2015

HOJA INFORMATIVA Nº 938



DEL 12 AL 19 DE ABRIL DE 2015

CULTO EN L’ALCORA

· Domingo 12 – SEGUNDO DE PASCUA.
* 9h en San Francisco.
* 10h en las Carmelitas y La Foia.
* A las 12h, Misa de Peregrinos.

· Lunes 13 – SAN VICENTE FERRER.
      * A las 9’30h Romería a la Ermita de San Vicente.
               A la llegada Santa Misa en honor del Santo.
- NO HABRÁ MISA VESPERTINA -
· Sábado 18 - A las 18,30 h. misa en San Francisco.  
   - A las 19,30 h. misa en la Parroquia.
·  
· Domingo 19 – TERCERO DE PASCUA.
        * A las 12h,  Misa: Antiguos Alumnos de La Salle.
(Colectas destinadas a las obras de la Casa de Cáritas)

 ADORACIÓN DEL SANTÍSIMO. Miércoles 15 de abril

De 11h a 12h en San Francisco.
Desde las 17’30h hasta la Misa, en la Parroquia.
A las 19h, rezo de vísperas.

 - Itinerario FORMACIÓN de ADULTOS –

   Miércoles  15 - a las 17 h. reunión del grupo 1      
  Jueves  16 - a las 21 h. reunión de los grupos 2 y 3

Domingo II de PASCUA:    Juan  20 ,19-31
VIVIR DE SU PRESENCIA                         José A. Pagola

El relato de Juan no puede ser más sugerente e interpelador.  Sólo cuando ven a Jesús resucitado en medio de ellos, el grupo de discípulos se transforma.  Recuperan la paz, desaparecen sus miedos, se llenan de una alegría desconocida, notan el aliento de Jesús sobre ellos y abren las puertas porque se sienten enviados a vivir la misma misión que él había recibido del Padre.
La crisis actual de la Iglesia, sus miedos y su falta de vigor espiritual tienen su origen a un nivel profundo.  Con frecuencia, la idea de la resurrección de Jesús y de su presencia en medio de nosotros es más una doctrina pensada y predicada, que una experiencia vivida.
Cristo resucitado está en el centro de la Iglesia, pero su presencia viva no está arraigada en nosotros, no está incorporada a la sustancia de nuestras comunidades, no nutre de ordinario nuestros proyectos.  Tras veinte siglos de cristianismo, Jesús no es conocido ni comprendido en su originalidad.  No es amado ni seguido como lo fue por sus discípulos y discípulas.
Se nota enseguida cuando un grupo o una comunidad cristiana se siente como habitada por esa presencia invisible, pero real y activa de Cristo resucitado.  No se contentan con seguir rutinariamente las directrices que regulan la vida eclesial.  Poseen una sensibilidad especial para escuchar, buscar, recordar y aplicar el Evangelio de Jesús.  Son los espacios más sanos y vivos de la Iglesia.
Nada ni nadie nos puede aportar hoy la fuerza, la alegría y la creatividad que necesitamos para enfrentarnos a una crisis sin precedentes, como puede hacerlo la presencia viva de Cristo resucitado.  Privados de su vigor espiritual, no saldremos de nuestra pasividad casi innata, continuaremos con las puertas cerradas al mundo moderno, seguiremos haciendo «lo mandado», sin alegría ni convicción.        ¿Dónde encontraremos la fuerza que necesitamos para recrear y reformar la Iglesia?
Hemos de reaccionar.  Necesitamos de Jesús más que nunca.  Necesitamos vivir de su presencia viva, recordar en toda ocasión sus criterios y su Espíritu, repensar constantemente su vida, dejarle ser el inspirador de nuestra acción.  Él nos puede transmitir más luz y más fuerza que nadie.         Él está en medio de nosotros   
  comunicándonos su paz, su alegría y su Espíritu.