domingo, 22 de noviembre de 2015

HOJA INFORMATIVA Nº 970

DEL 22 AL 29 DE NOVIEMBRE DE 2015

CULTO EN L’ALCORA


· Domingo 22 - JESUCRISTO, REY DEL UNIVERSO.
- Colectas para las obras de la casa de Caritas.
- A las 12 h., misa y conmemoración de  Sta. Cecilia, patrona de los músicos.

· Sábado 28 - A las 18 h., en San Francisco, aniversario de Dolores Beltrán Mateu.
-  A las 19 h., en la Parroquia, aniversario  de Salvador Bernat Pinardell.

· Domingo 29 Primero de ADVIENTO.

ADORACIÓN DEL SANTÍSIMO. Miércoles 25 de noviembre

De 11h a 12h en San Francisco.
Desde las 17 h hasta la Misa, en la Parroquia.
* A las 18 h tendrá lugar el rezo de vísperas.

CONVOCATORIAS

-  Lunes 23 a las 16, h., en los salones parroquiales, reunión de Vida Ascendente.
- Lunes 23 a las 20 h., en los salones parroquiales reunión de los voluntarios que participan en la recogida de alimentos para organizar equipos y horarios.
- Martes 24 a las 21 h., reunión de Lectores.

RECOGIDA DE ALIMENTOS

      El viernes 27 y el sábado 28 de noviembre el Banco de Alimentos realiza una recogida de alimentos no perecederos a nivel nacional.  En nuestro pueblo los puntos de recogida estarán situados en los supermercados “Consum”, “Masymas”, “Mercadona” y “Economato”.        Todos los alimentos que recojamos el Banco de Alimentos los cede a Caritas parroquial.

JESUCRISTO, REY DEL UNIVERSO: Juan 18,33b-37
CONTRA  LA  MENTIRA         José Antonio Pagola
No es frecuente escuchar a alguien defender el derecho del ser humano a la verdad.  ¿Por qué no se escuchan en nuestra sociedad gritos de protesta contra la mentira, al menos, con la misma fuerza con que se grita contra la injusticia?
¿Será que no somos conscientes de la mentira que nos envuelve por todas partes?  ¿Será que cuando exigimos justicia nos sentimos solo víctimas y nunca opresores? ¿Será que para gritar contra la mentira, la hipocresía y el engaño, es necesario vivir con un mínimo de sinceridad personal?
La mentira es hoy uno de los presupuestos más firmes de nuestra convivencia social.  El mentir es aceptado como algo necesario tanto en el complejo mundo del quehacer político y la información social como en «la pequeña comedia» de nuestras relaciones personales de cada día.
El hombre contemporáneo se ve obligado a pensar, decidir y actuar envuelto en una densa niebla de mentira y falsedad.  Indefenso ante un cerco de engaños, falacias y embustes del que es difícil liberarse.  ¿Cómo saber la «verdad» que se oculta tras las decisiones políticas de los diversos partidos?  ¿Cómo descubrir los verdaderos intereses que se encierran tras campañas y acciones que se nos pide defender o rechazar?  ¿Cómo actuar con lucidez en medio de la información deformada, parcial e interesada que diariamente nos vemos obligados a consumir?
Se dirá que la mentira es necesaria para actuar con eficacia en la construcción de una sociedad más libre y más justa.  Pero, realmente, ¿hay alguien que pueda garantizar que estamos haciendo un mundo más humano cuando desde los centros de poder se oculta la verdad, cuando entre nosotros se utiliza la calumnia para destruir al adversario, cuando se obliga a las masas sencillas a que sean protagonistas de su historia desde una situación de engaño y de ignorancia?
En el fondo de toda persona hay una búsqueda de verdad y difícilmente se construirá nada verdaderamente humano sobre la mentira y la falsedad.  En el mensaje de Jesús hay una invitación a vivir en la verdad ante Dios, ante uno mismo y ante los demás. «Yo he venido para ser testigo de la verdad. Todo el que es de la verdad escucha mi voz»  (Juan 18, 37).
No es absurdo que se vuelvan a escuchar en nuestra sociedad aquellas palabras inolvidables de Jesús, que son un reto y una promesa para quienes buscamos sinceramente una sociedad más humana:  «La verdad os hará libres» (Juan 8, 32).                             

EXAMEN ANTE EL TESTIGO DE LA VERDAD

José Antonio Pagola         

Dentro del proceso en el que se va a decidir la ejecución de Jesús, el evangelio de Juan ofrece un sorprendente diálogo privado entre Pilato, representante del imperio más poderoso de la Tierra y Jesús, un reo maniatado que se presenta como testigo de la verdad.
Precisamente, Pilato quiere, al parecer, saber la verdad que se encierra en aquel extraño personaje que tiene ante su trono: «¿Eres tú el rey de los judíos?» Jesús va a responder exponiendo su verdad en dos afirmaciones fundamentales, muy queridas al evangelista Juan.
«Mi reino no es de este mundo». Jesús no es rey al estilo que Pilato puede imaginar. No pretende ocupar el trono de Israel ni disputar a Tiberio su poder imperial. Jesús no pertenece a ese sistema en el que se mueve el prefecto de Roma, sostenido por la injusticia y la mentira. No se apoya en la fuerza de las armas. Tiene un fundamento completamente diferente. Su realeza proviene del amor de Dios al mundo.
Pero añade a continuación algo muy importante: «Soy rey...y he venido al mundo para ser testigo de la verdad» Es en este mundo donde quiere ejercer su realeza, pero de una forma sorprendente. No viene a gobernar como Tiberio sino a ser «testigo de la verdad» introduciendo el amor y la justicia de Dios en la historia humana.
Esta verdad que Jesús trae consigo no es una doctrina teórica. Es una llamada que puede transformar la vida de las personas. Lo había dicho Jesús: «Si os mantenéis fieles a mi Palabra...conoceréis la verdad y la verdad os hará libres». Ser fieles al Evangelio de Jesús es una experiencia única pues lleva a conocer una verdad liberadora, capaz de hacer nuestra vida más humana.
Jesucristo es la única verdad de la que nos está permitido vivir a los cristianos. ¿No necesitamos en la Iglesia de Jesús hacer un examen de conciencia colectivo ante el "Testigo de la Verdad" ¿Atrevernos a discernir con humildad qué hay de verdad y qué hay de mentira en nuestro seguimiento a Jesús? ¿Dónde hay verdad liberadora y dónde mentira que nos esclaviza? ¿No necesitamos dar pasos hacia mayores niveles de verdad humana y evangélica en nuestras vidas, nuestras comunidades y nuestras instituciones?
Hay personas que se alejaron hace mucho de todo esto, pero tampoco tienen nada contra Dios. En este momento no sabrían cómo rezar; han olvidado las palabras del Padre Nuestro; no les sale ninguna oración. ¿Es difícil decir a Dios: «Tú me conoces y me entiendes. Ayúdame a vivir. Enséñame a creer»
Puede parecer algo trivial y, sin embargo, una invocación sincera a Dios puede significar un cambio interior importante. Las palabras de Jesús son alentadoras: «Todo el que es de la verdad, escucha mi voz.»