viernes, 20 de mayo de 2016

HOJA INFORMATIVA Nº 996

DEL 22 AL 29 DE MAYO DE 2016

CULTO EN L’ALCORA

· Domingo 22 – LA SANTÍSIMA TRINIDAD.
 -JORNADA  PRO-ORANTIBUS-
· Sábado 28 - A las 18,30 h., misa en San Francisco.
-   A las 19,30 h., en la Parroquia, aniversario de Enrique Gómez Beltrán
   * A las 20,30h., Vigilia extraordinaria           del Corpus Christi.
· Domingo 29 – SOLEMNIDAD DEL SANTÍSIMO CUERPO Y SANGRE DE CRISTO.
- DÍA DE LA CARIDAD – Colecta para CARITAS
   9,  -  h., misa en San Francisco.
10,  -  h., en las Carmelitas.
10, 30 h., en la Foya, Misa y Procesión.
11,   -  h., en la Parroquia, Misa Solemne,  y Procesión del Corpus Christi.
* A las 13,30 h., BAUTIZOS.

ADORACIÓN DEL SANTÍSIMO. Miércoles 25 de mayo

De 11 h., a 12 h., en San Francisco.
Desde las 17,30 h., hasta la Misa, en la Parroquia.
A las 19,30 h., rezo de vísperas.

SANTÍSIMA  TRINIDAD

El primer gesto que hacemos al comenzar la Eucaristía es invocar al Dios Trinidad: 
                        “En el nombre del Padre, y del Hijo y del Espíritu Santo”. 
Creer en la Santísima Trinidad es vivir profundamente la fe y experimentar en nuestra vida a Dios como comunión, como Padre que nos ama, como Hijo cercano a nosotros, familiar, y como Espíritu que guía nuestros pasos “hasta la verdad plena”.
   Es un misterio de vida y comunión,
    de fe y de adoración, más que de alta reflexión teológica.

RECUPERAR UN  SÍMBOLO: -La CRUZ -

Los gestos simbólicos pueden ayudarnos a vivir la existencia con más hondura, pero, repetidos de manera distraída, pueden convertirse    en algo mecánico y   rutinario, vacío de todo significado vital.
Así sucede con frecuencia con esta cruz que los cristianos hemos aprendido desde niños a trazar sobre nosotros mismos y que resume toda nuestra fe sobre el misterio de Dios y sobre el espíritu que ha de animar nuestra vida entera.
Esa cruz es “la señal del cristiano” que ilumina nuestro caminar diario.  Ella nos recuerda a un Dios cercano, entregado por nosotros.  Esa cruz nos da esperanza.  Nos enseña el camino.  Nos asegura la victoria final en Cristo resucitado.
Pero este gesto tiene un significado más hondo.  Al hacer la cruz con nuestra mano, desde la frente hasta el pecho y desde el hombro izquierdo hasta el derecho, consagramos nuestra frente, boca y pecho, expresando así el deseo de acoger el misterio de Dios Trinidad en nosotros y la trayectoria que queremos dar a nuestra vida. 

Esto es lo que queremos: que los pensamientos que elabora nuestra mente,  las palabras que pronuncia nuestra boca, los sentimientos y deseos que nacen de nuestro pecho sean los de un hombre o mujer que viva “en el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo