domingo, 5 de junio de 2016

HOJA INFORMATIVA Nº 998

DEL 5 AL 12 DE JUNIO DE 2016

CULTO EN L’ALCORA

· Domingo 5 – X  DEL TIEMPO ORDINARIO.
- Colectas destinadas a Caritas -
HORARIO:    9 h., en San Francisco.
10 h., en las Carmelitas: Veïns barri de la Sang
11 h., en la Parroquiamisa y  procesión, del SAGRADO CORAZÓN DE JESÚS

· Sábado 11 – San BERNABÉ, apóstol
* A las 17 h., BAUTIZOS
- A las 18,30 h., en S. Francisco, aniversario de Francisco Mor Masó.
- A las 19,30 h., en la Parroquia,  Acción de  Gracias, Barrio de San Vicente.

· Domingo 12 – XI DEL TIEMPO ORDINARIO
- A las 12 h., en la Parroquia,  AA. La Salle.

ADORACIÓN DEL SANTÍSIMO

Se suspende hasta comienzo del nuevo curso.

CONVOCATORIAS

- Martes 7 a las 21,30 h., en los salones parroquiales revisión “Peregrinos de las ermitas”.
- Jueves 9 a las 21,30 h., en los salones parroquiales reunión del Consejo de Pastoral Parroquial.

DOMINGO X / C del T.O.:   Lucas 7, 11-17

 LAS LÁGRIMAS DE LAS MADRES    Juan Jauregui

Nadie sabe el dolor del corazón de una madre que ha perdido a su hijo.  Su camino más doloroso es sin duda el del cementerio.  De ahí las dolorosas escenas de despedida cuando es preciso tomarla de la mano porque no quiere soltarse del último abrazo al féretro.
Pero todos somos testigos del dolor de las madres que sienten que también están perdiendo a su hijo.  Es el dolor de las madres que ven como sus hijos se alejan del hogar en busca de otras compañías, andando por otros caminos de muerte en la vida.  El dolor de las madres que ven a su hijo dominado por el alcohol y que regresa a casa de madrugada, cuando no se queda por ahí todo el fin de semana.  El dolor de las madres que ven como su hijo se está hundiendo en el infierno de la droga.  El dolor de las madres que sienten que su hijo se niega a abrir sus ojos a un futuro digno y que los haga hombres dignos en la sociedad.
Todos, de alguna manera, hemos sido y somos testigos del dolor de muchas madres.  Engendraron al hijo con todo el cariño de su corazón y ahora ven cómo se les escapa de las manos.  A estas madres no podemos mirarlas con indiferencia y muchos menos con críticas y reproches.  
También ellas necesitan de un Jesús que sienta compasión por ellas y les devuelva a su hijo medio muerto en vida, camino de una vida que cada día se va destruyendo.       También ellas necesitan de una palabra de consuelo por parte nuestra.                                                     También ellas necesitan de esa ayuda que pueda devolverles al hijo.  Felizmente existen hoy distintos movimientos de ayuda, pero necesitan también ellas de mucha fe en Jesús que es capaz de decir: “¡Muchacho, a ti te lo digo, levántate!”
Todas las terapias son de alabar y apreciar, pero no podemos olvidar a ese Jesús que, a veces como quien no hace nada, sale a nuestro encuentro.  Hay muertes que sólo Él puede devolverles la vida.  Jesús no es indiferente ante las lágrimas de las madres, tampoco nosotros debiéramos ser indiferentes para con ellas.  
En la Iglesia hemos de recuperar cuanto antes la compasión como el estilo de vida propio de los seguidores de Jesús.  La hemos de rescatar de una concepción sentimental y moralizante que la ha desprestigiado.  La compasión que exige justicia es el gran mandato de Jesús: “Sed compasivos como vuestro Padre es compasivo”. Esta compasión es hoy más necesaria que nunca.
Desde los centros de poder, todo se tiene en cuenta antes que el sufrimiento de las víctimas.  Se funciona como si no hubiera dolientes ni perdedores.

Desde las comunidades de Jesús se tiene que escuchar un grito de indignación absoluta:  el sufrimiento de los inocentes ha de ser tomado en serio; no puede ser aceptado socialmente como algo normal pues es inaceptable para Dios.  Él no quiere ver a nadie llorando.  “No llores”