viernes, 2 de enero de 2009

HOJA INFORMATIVA Nº 611

PARROQUIA DE L’ALCORA
DEL 4 AL 11 DE ENERO DE 2009


CULTOS EN L'ALCORA

· Domingo 4 – SEGUNDO DE NAVIDAD.
* A las 12’30h, la Misa será por los difuntos de la Cofradía del Santo Sepulcro.
· Lunes 5 – Misas vespertinas de la Fiesta de Epifanía.

· Martes 6 – EPIFANÍA DEL SEÑOR.
* Horario de Misas como los domingos.
· Sábado 10 – A las 19h en la Parroquia, Aniversario de Margarita Berrios Burgos.
* A las 21’45h, Vigilia de la Adoración Nocturna

· Domingo 11 – BAUTISMO DEL SEÑOR.

ADORACIÓN DEL SANTÍSIMO


Miércoles 7 de enero desde las 15h hasta la Misa

LOTERÍA DE ARAIA

Las papeletas de la Lotería de Araia se podrán cobrar en la Caja Rural a partir del día 7 de enero.

DONATIVO PARA CÁRITAS

La Cofradía del Sagrado Corazón de Jesús ha donado a Cáritas Parroquial 600 €.

CLAVARIOS DE SAN ANTONIO

Este año se encargan de organizar la fiesta de San Antonio un grupo de cofrades de la Cofradía de la Virgen de los Dolores.

CONVOCATORIAS

- Miércoles 7 a las 16h Oración mensual de las Camareras de Jesús Sacramentado.
- Jueves 8 a las 21’30h, reunión de Catequistas de Primero de Confirmación.
* A las 21’30h, Catequesis de Adultos.

UNA FIESTA DE TODOS

Hay una pregunta que me ronda con frecuencia al llegar la Navidad. ¿Qué pueden ser estas fiestas para un hombre que ya no cree? ¿Qué puede vivir en medio de esta «atmósfera» tan especial q ue inexorablemente se apodera de la sociedad al llegar estas fechas?
No es pura curiosidad. Responde más bien a otra preocupación. ¿Se puede captar en el fondo de estas fiestas algo «bueno» para todos los hombres, sean o no creyentes?
¿Es posible escuchar todavía algún mensaje válido para todos, detrás de tanto despropósito consumista y tanta banalización sentimental? Por eso he leído con interés la experiencia personal de M. Yourcenar. Dice así la célebre escritora:
«Yo no soy católica, ni protestante, ni siquiera cristiana en el sentido pleno del término, pero todo me lleva a celebrar esta fiesta tan rica en significaciones... La Navidad es una fiesta de todos. Lo que se celebra es un nacimiento, y un nacimiento como debieran ser todos, el de un niño esperado con amor y respeto, que lleva en su persona la esperanza del mundo. Se trata de gente pobre... y es la fiesta de los hombres de buena voluntad...
Es la fiesta de la comunidad humana, ya que es la de los tres Reyes, cuya leyenda nos cuenta que uno de ellos era negro. Es, finalmente, la fiesta de la misma tierra, que en su marcha rebasa en esos momentos el punto del solsticio de invierno y nos arrastra a todos hacia la primavera».
¿Qué hay detrás de estas palabras? ¿Poesía? ¿Nostalgia? ¿Necesidad de esperanza? Al leerlas, me venían a la mente aquellas otras del teólogo alemán K. Rahner: «Es posible que todos creamos más de lo que admitimos de ordinario, más de lo que afirmamos de nosotros mismos y de nuestra vida, cuando formulamos convicciones teóricas».
Lo cierto es que el misterio rodea nuestra existencia por todas partes, obligándonos a todos, en medio de una vida a veces tan prosaica, a preguntarnos hacia dónde se encamina todo y dónde podemos poner nuestra esperanza.
En el fondo de la Navidad hay un mensaje que es para todos. Los hombres no estamos solos, perdidos en una existencia sin esperanza. Hay un Dios Salvador empeñado en que todo termine bien. Y ese Dios al que, tal vez, tememos o en el que ya apenas creemos, es un Dios en el que no hay más que bondad y amor al hombre.
Lo que se nos pide es confiarnos a ese misterio último de amor que llamamos Dios.
Acogerlo con sencillez y confianza, sin tomar demasiado en serio nuestros escepticismos y pretensiones de agnosticismo. Y aunque, después de Navidad, todo siga como antes, lo importante y decisivo es que Dios nos acepta y que la vida del hombre, de todo hombre, está salvada en esperanza.
J. A. Pagola