lunes, 7 de septiembre de 2009

HOJA INFORMATIVA Nº 646

PARROQUIA DE L’ALCORA
DEL 6 AL 13 DE SEPTIEMBRE DE 2009.


CULTOS EN L'ALCORA


Domingo 6 – XXIII DEL TIEMPO ORDINARIO.
HORARIO de Misas:
* 9h en San Francisco.
* 10’30h en las Carmelitas.
* 12h en la Parroquia.
* 19h en la Parroquia.
* Colectas destinadas a CÁRITAS.

Martes 8 – Natividad de la Santísima Virgen María.
Viernes 11 – Ntra. Sra. de la Cueva Santa, patrona de la Diócesis.
Sábado 12 – Santo Nombre de María.
* A las 19’30h en la Parroquia, Eucaristía de despedida de Mn. Miguel y toma de posesión de Mn. Javier como párroco.

Domingo 13 – XXIV DEL TIEMPO ORDINARIO.
* A las 13h, BAUTIZOS.

DESPEDIDA DE MN. MIGUEL Y
TOMA DE POSESIÓN DE MN. JAVIER


El próximo sábado 12 de septiembre tendrá lugar en la misa vespertina de la Parroquia, la despedida de Mn. Miguel y la toma de posesión de Mn. Javier como cura-párroco de Alcora. A continuación en el patio del colegio Puértolas Pardo, compartiremos un ágape fraterno.
Invitamos a nuestros feligreses a participar en dichos actos.

CONVOCATORIA

- Lunes 7 a las 21’30h, reunión de catequistas de precomunión y comunión.

ABRIRSE A LA VIDA

A. Camus ha descrito como pocos el vacío de la vida monótona de cada día. Escribe así en El mito de Sísifo: «Resulta que todos los decorados se vienen abajo. Levantarse, tranvía, cuatro horas de oficina o de taller, comida, tranvía, cuatro horas de trabajo, descanso, dormir y el lunes-martes-miércoles-jueves-viernes-sábado, siempre el mismo ritmo, siguiendo el mismo camino de siempre. Un día surge el "porqué" y todo vuelve a comenzar en medio de ese cansancio teñido de admiración».
Desvanecido el espejismo de las vacaciones, es fácil que más de uno sintonice con los sentimientos del escritor francés. A veces es la vida monótona de cada día la que nos plantea en toda su crudeza los interrogantes más hondos de nuestro ser: «Todo esto, ¿para qué? ¿Por qué vivo? ¿Vale la pena vivir así? ¿Tiene sentido esta vida?»
El riesgo es siempre la huida. Encerrarse en la ocupa-ción de cada día sin más. Vivir sin interioridad. Caminar sin brújula. No reflexionar. Arrastrarse sin esperanza. Perder incluso la sed, el deseo de vivir con más hondura.
No es tan difícil vivir así. Basta hacer lo que hacen casi todos. Seguir la corriente. Vivir de manera mecánica. Sustituir las exigencias más radicales del corazón por toda clase de «necesidades» superfluas. No escuchar ninguna otra voz. Permanecer sordos a cualquier llamada profunda.
El relato de la curación del sordomudo (Mc 7, 31-37), redactado según un esquema catequético bien conocido, es una llamada a la apertura y la comunicación. Aquel hombre sordo y mudo, encerrado en sí mismo, incapaz de salir de su aislamiento, deja que Jesús trabaje sus oídos y su lengua. La palabra del Profeta resuena como un imperativo de contornos universales: «Ábrete».
Cuando no escucha los anhelos más humanos de su corazón, cuando no se abre al amor, cuando, en defini-tiva, se cierra al Misterio último que los creyentes lla-mamos «Dios», la persona se separa de la vida, se cierra a la gracia y ciega las fuentes que le harían vivir.
J. A. Pagola