viernes, 26 de agosto de 2011

HOJA INFORMATIVA Nº 749

DEL 28 DE AGOSTO AL 4 DE SEPTIEMBRE DE 2011

FIESTAS EN HONOR AL SANTÍSIMO CRISTO DEL CALVARIO


• Domingo 28 FIESTA DEL STMO. CRISTO DEL CALVARIO
Horario de Misas y Procesión:
* 9h en San Francisco.
* 10h en la Foia.
* 10’30h en las Carmelitas.
* 11’30h en la Parroquia, Misa Solemne. Predicará D. Héctor Gozalbo, vicario de la parroquia de San Francisco de Castellón.
* 19h en la Parroquia.
* 20h Ofrenda de flores al Cristo y Solemne Procesión al Calvario.

• Lunes 29 – A las 18’30h en la Parroquia, Misa Solemne en sufragio de los Difuntos de l’Alcora. A continuación Procesión hasta el Cementerio, donde se rezará un responso por los fieles difuntos.

• Del martes 30 al viernes 2 no habrá Misas vespertinas; sólo la de 7’55h de la mañana en la Capilla de las Carmelitas.
• Viernes 2 – A las 7’55h en la Capilla de las Carmelitas, Misa del Apostolado de la Oración por Carmen Ten Gil.
• Sábado 3 – A las 18’30h, Misa en San Francisco.
* No habrá Misa vespertina en la Parroquia.

• Domingo 4 – XXIII DEL TIEMPO ORDINARIO.
Horario de Misas:
* 9h en San Francisco.
* 10h en la Foia.
* 10’30h en las Carmelitas.
* 12h en la Parroquia.
* 19h en la Parroquia.
* Colectas destinadas a CÁRITAS.

TOMA DE POSESIÓN DE Mn. JUAN CARLOS

El próximo domingo día 4 de septiembre Mn. Juan Carlos tomará posesión como párroco de Vilafamés, en una Eucaristía en dicha parroquia a las 11h.
Desde aquí agradecemos el trabajo que ha realizado en nuestra parroquia y pedimos para que Dios le ayude en su nueva tarea pastoral.

L’ALCORA EN LA JMJ

¿Por qué, por qué, por qué?
Tras la celebración de la Jornada Mundial de la Juventud esta pregunta seguramente ha surgido, aunque de forma secreta (porque es políticamente incorrecto pregonarla al viento), en la mente de quien no tiene la gracia de creer en Cristo o de quien es contrario a Él o a su Iglesia.
¿Por qué? ¿Por qué dos millones de personas se empecinan en recorrerse medio mundo, sufrir las inclemencias de un clima engañoso: calor sofocante con 45 grados, lluvia torrencial, viento; las inco-modidades de dormir en el suelo, al aire libre, de tener un incómodo acceso a la propia higiene, de soportar largas colas y todo para escuchar a un anciano de más de 80 años hablar de Dios?
¿Por qué? ¿Por qué a pesar de un ambiente social a veces contrario, cuando no violento, que pretende bombardear dicho encuentro con provocaciones y noticias tergiversadas, una alegría desbordante recorrió todas y cada una de las horas y momentos de la JMJ.?
¿Por qué? ¿Por qué de entre dos millones de peregrinos con una alegría desbordante el SAMUR atendió a 2000 personas... y NINGUNA por coma etílico o consumo de sustancias prohibidas?
¿Por qué? ¿Por qué miles y miles y miles de per-sonas se acercaron a Dios a través de una oración sincera ante el Santísimo Sacramento, de un arrepentimiento compungido en el sacramento de la confesión y del encuentro fraterno con otros jóvenes católicos de otras partes del mundo?
¿Por qué? ¿Por qué un conmovedor silencio recorrió un “Cuatro Vientos” abarrotado con más de millón y medio de almas en el momento en el que el Santísimo Sacramento permaneció expuesto en el altar?
Todas estas preguntas tienen una sencilla respuesta. La dio en su día el beato Juan Pablo II: “Porque no habéis venido a encontraros conmigo, con un hombre, habéis venido a encontraros con Jesucristo, con Dios hecho hombre, que da sentido a vuestras vidas”.
Benedicto XVI lo volvió a recordar en su primer día por tierras hispanas por si a alguno de los paladines del anticlericalismo se le olvidaba el motivo principal que movía a tanto joven y al Papa: “Aprovechad estos días para conocer mejor a Cristo y cercioraros de que, enraizados en Él, vuestro entusiasmo y alegría, vuestros deseos de ir a más, de llegar a lo más alto, hasta Dios, tienen siempre futuro cierto, porque la vida en plenitud ya se ha aposentado dentro de vuestro ser. Hacedla crecer con la gracia divina, generosamente y sin mediocridad, planteándoos seriamente la meta de la santidad. Y, ante nuestras flaquezas, que a veces nos abruman, contamos también con la misericordia del Señor, siempre dispuesto a darnos de nuevo la mano y que nos ofrece el perdón en el sacramento de la Penitencia.”
Experiencias inolvidables las de estos días. Tantas como para hacer un libro, guardadas ya bajo llave en el corazón de los peregrinos. Desde el madrileño que, con una sonrisa de oreja a oreja, te paraba por la calle para darte las gracias porque en su ciudad nunca antes se había vivido cosa igual, hasta la periodista que rompe a llorar ante lo que está narrando, pasando por el voluntario que sin recibir nada a cambio renuncia durante días a su comodidad, su dinero y su tiempo libre para hacerte fácil una estancia ya de por sí difícil.
Nuestro deseo desde la parroquia: que esta JMJ dé fruto en los alcorinos y alcorinas que han tenido la gracia de participar en ella tanto directa como indirectamente: en las familias de acogida, en todos los que habéis rezado y seguido el desarrollo de las jornadas y especialmente en la veintena de jóvenes que se desplazaron hacia la capital de España.
Éstos últimos pudieron saborear una Alegría que no es fruto humano sino que viene de lo alto y, por eso, si uno quiere, permanece para siempre; pudieron experimentar una vivencia de fe, de una fe, la católica, que traspasa toda lengua y frontera, que no sabe de edades y que da sentido a la vida; pudieron comprobar que el cristiano puede vivir en “este valle de lágrimas” que es la vida con una sonrisa indeleble pintada en la cara, la sonrisa que da el saberse amado, pensado y perdonado por el mismo Dios.

EL SIGNIFICADO DE ADORAR LA CRUZ

Muchos podrían tener la tentación de preguntar por qué nosotros, los cristianos, celebramos un instrumento de tortura, un signo de sufrimiento, de fracaso y derrota. Es verdad que la cruz expresa todos estos significados. Y, sin embargo, a causa del que ha sido elevado en la cruz por nuestra salvación, representa también el triunfo definitivo del amor de Dios sobre todos los males del mundo.
La cruz, por tanto, es algo más grande y misterioso de lo que puede parecer a primera vista. Indudablemente, es un instrumento de tortura, de sufrimiento y derrota, pero al mismo tiempo muestra la completa transformación, la victoria definitiva sobre estos males, y esto la convierte en el símbolo más elocuente de la esperanza que el mundo haya visto jamás. Habla a todos los que sufren -los oprimidos, los enfermos, los pobres, los marginados, las víctimas de la violencia- y les ofrece la esperanza de que Dios puede convertir su dolor en alegría, su aislamiento en comunión, su muerte en vida. Ofrece esperanza ilimitada a nuestro mundo caído. Por eso, el mundo necesita la cruz. No es simplemente un símbolo privado de devoción, no es un distintivo de pertenencia a un grupo dentro de la sociedad, y su significado más profundo no tiene nada que ver con la imposición forzada de un credo o de una filosofía. Habla de esperanza, habla de amor, habla de la victoria, de la no violencia sobre la opresión, habla de Dios que ensalza a los humildes, da fuerza a los débiles, logra superar las divisiones y vencer el odio con el amor.