CULTO EN ARAYA
Domingo 11 a las 12h, Misa.
CULTO EN L'ALCORA
• Domingo 4 – XXIII DEL TIEMPO ORDINARIO.
HORARIO de Misas:
* 9h en San Francisco.
* 10h en la Foia.
* 10’30h en las Carmelitas.
* 12h en la Parroquia.
* 19h en la Parroquia.
• Jueves 8 – La Natividad de la Santísima Virgen María.
• Sábado 10 – A las 19,30h, en la Parroquia Aniversario de Manuel Martínez Bartoll.
* A las 21’45, Vigilia de la Adoración Nocturna
• Domingo 11 – XXIV DEL TIEMPO ORDINARIO
* A las 13h, BAUTIZOS.
CONVOCATORIAS
- Jueves 8 a las 16h, en los salones parroquiales, Reunión de la Adoración Nocturna.
JMJ, EXPERIENCIA INOLVIDABLE
Martes, 16 de Agosto. 9 de la mañana. 17 jóvenes de la parroquia y los dos vicarios, junto con 50 diocesanos, salimos en autobús hacia Madrid no sabiendo muy bien a qué. Tras una oración en la Basílica del Lledó y ponernos bajo el amparo de la Virgen, lo único que sabíamos era que nos íbamos a encontrar con muchísimos jóvenes de todo el mundo entorno a la figura de Cristo en la tierra. Para la gran mayoría era nuestra primera JMJ, y claro, lo desconocido siempre implica inquietud, intriga.
Llegamos a Morata de Tajuña, el pueblo en el que nos hospedamos durante estos días. Situado a 33 Km de Madrid.
¡Y empezó la fiesta! Con la Misa de apertura en la plaza de la Cibeles presidida por el cardenal Rouco Varela, nos dimos cuenta que aquello era una gran fiesta. Una fiesta de jóvenes cristianos de todo el mundo, compartiendo una misma fe, siguiendo a Cristo, no avergonzados de profesar lo que creemos.
El miércoles fue un día de transición. Participamos de la catequesis del arzobispo de Valencia D. Carlos Osoro y por la tarde visitamos el museo del Prado.
Y por fin llegó el jueves, el Papa estaba de camino hacia Madrid mientras nosotros visitamos una gran exposición sobre el “Pórtico de la Gloria” de la catedral de Santiago, una verdadera catequesis bíblica. Después de comer nos dirigimos a la calle Alcalá, junto a la Cibeles para recibir al Papa. Después de aguantar bochorno y calor aliviada con el agua que tiraban los bomberos, lo vimos pasar a nuestro lado con el Papamóvil.
El viernes por la mañana pudimos sentir el perdón de Dios, más cerca si cabe, entre los 200 confe-sionarios instalados en el Parque del Retiro. Por la tarde llegaron el resto de diocesanos, 5 más de nuestra parroquia, hasta completar el número de 240 peregrinos de la diócesis. Y vivimos el solemne Via Crucis que nos transportaba a la gran Semana Santa española.
Llegó el sábado. El río de gente que iba hacia Cuatro Vientos era inmenso: autobuses, metro, calles y aceras; todo abnegado. Se desbordó el número de peregrinos y no había sitio en nuestra zona, quedando retrasados a una posterior y separados unos de otros.
Comenzó la Vigilia y con ella la lluvia y el viento. Y, al igual que en el Evangelio, cuando llegó Jesús a la barca se calmó la tormenta. Estábamos empapados, pero rebosantes de alegría. El Papa también pasó lo suyo en el altar, así que de unos a otros nos consolábamos. Y tras la Vigilia, como un abuelo da las buenas noches a su nieto, así nos dio las buenas noches el Papa.
Finalmente, después de dormir al raso de aquellas maneras, con la Misa de clausura volvimos a nuestros lugares de origen con una misión que el Santo Padre nos encomendó: “Poner a Cristo, el Hijo de Dios, en el centro de vuestra vida. No os guardéis a Cristo para vosotros mismos. Dadlo a conocer a los demás. Ser discípulos de Cristo y misioneros en vuestros países”.
Sin duda, ha sido una experiencia inolvidable de fe y también de esperanza al ver a tantos jóvenes, sacerdotes y religiosos/as católicos juntos. ¿Quién ha dicho que la Iglesia no tiene futuro?
Llegamos a Morata de Tajuña, el pueblo en el que nos hospedamos durante estos días. Situado a 33 Km de Madrid.
¡Y empezó la fiesta! Con la Misa de apertura en la plaza de la Cibeles presidida por el cardenal Rouco Varela, nos dimos cuenta que aquello era una gran fiesta. Una fiesta de jóvenes cristianos de todo el mundo, compartiendo una misma fe, siguiendo a Cristo, no avergonzados de profesar lo que creemos.
El miércoles fue un día de transición. Participamos de la catequesis del arzobispo de Valencia D. Carlos Osoro y por la tarde visitamos el museo del Prado.
Y por fin llegó el jueves, el Papa estaba de camino hacia Madrid mientras nosotros visitamos una gran exposición sobre el “Pórtico de la Gloria” de la catedral de Santiago, una verdadera catequesis bíblica. Después de comer nos dirigimos a la calle Alcalá, junto a la Cibeles para recibir al Papa. Después de aguantar bochorno y calor aliviada con el agua que tiraban los bomberos, lo vimos pasar a nuestro lado con el Papamóvil.
El viernes por la mañana pudimos sentir el perdón de Dios, más cerca si cabe, entre los 200 confe-sionarios instalados en el Parque del Retiro. Por la tarde llegaron el resto de diocesanos, 5 más de nuestra parroquia, hasta completar el número de 240 peregrinos de la diócesis. Y vivimos el solemne Via Crucis que nos transportaba a la gran Semana Santa española.
Llegó el sábado. El río de gente que iba hacia Cuatro Vientos era inmenso: autobuses, metro, calles y aceras; todo abnegado. Se desbordó el número de peregrinos y no había sitio en nuestra zona, quedando retrasados a una posterior y separados unos de otros.
Comenzó la Vigilia y con ella la lluvia y el viento. Y, al igual que en el Evangelio, cuando llegó Jesús a la barca se calmó la tormenta. Estábamos empapados, pero rebosantes de alegría. El Papa también pasó lo suyo en el altar, así que de unos a otros nos consolábamos. Y tras la Vigilia, como un abuelo da las buenas noches a su nieto, así nos dio las buenas noches el Papa.
Finalmente, después de dormir al raso de aquellas maneras, con la Misa de clausura volvimos a nuestros lugares de origen con una misión que el Santo Padre nos encomendó: “Poner a Cristo, el Hijo de Dios, en el centro de vuestra vida. No os guardéis a Cristo para vosotros mismos. Dadlo a conocer a los demás. Ser discípulos de Cristo y misioneros en vuestros países”.
Sin duda, ha sido una experiencia inolvidable de fe y también de esperanza al ver a tantos jóvenes, sacerdotes y religiosos/as católicos juntos. ¿Quién ha dicho que la Iglesia no tiene futuro?
Jesús Fernández
