miércoles, 22 de agosto de 2012

HOJA INFORMATIVA Nº 800

DEL 19 AL 26 DE AGOSTO DE 2012
CULTO EN L'ALCORA

• Domingo 19 – XX DEL TIEMPO ORDINARIO.

• Lunes 20 – San Bernardo, abad y doctor.
• Martes 21 – San Pío X, papa.
• Miércoles 22 – Santa María Virgen, Reina.
• Jueves 23 – A las 12’30h, Misa de la Asociación de Jubilados y Pensionistas “L’Alcalatén”.
• Viernes 24 – San Bartolomé, apóstol.
• Sábado 25 – A las 18’30h, Misa en San Francisco.
* No habrá misa en la Parroquia.

• Domingo 26 - FIESTA DEL STMO. CRISTO DEL CALVARIO
Horario de Misas y Procesión:
* 9h en San Francisco.
* 10h en la Foia.
* 10’30h en las Carmelitas.
* 11’30h en la Parroquia, Misa Solemne. Predicará D. Federico Caudé Ferrandis, canónigo de la Santa Iglesia Catedral Basílica de Segorbe.
* 19h en la Parroquia.
* 20h Ofrenda de flores al Cristo y Solemne Procesión al Calvario.

TAPICES DEL CRISTO

Quienes deseen comprar Tapices del Cristo para colgarlos durante las fiestas, los pueden adquirir en el Calvario o en la oficina parroquial, al precio de 20 €.

ANTE LA FIESTA DEL CRISTO

La Iglesia nos invita a levantar con orgullo la Cruz gloriosa para que el mundo vea hasta dónde ha llegado el amor del Crucificado por los hombres. Nos invita a dar gracias a Dios porque de un árbol portador de muerte, ha surgido de nuevo la vida.
Ante un amor tan desinteresado, llenos de estupor y gratitud, nos preguntamos ahora: ¿Qué haremos nosotros por él? ¿Qué respuesta le daremos? San Juan lo dice claramente: “En esto hemos conocido el amor: en que él dio su vida por nosotros. También nosotros debemos dar nuestra vida por los hermanos” (1 Jn 3,16).
La pasión de Cristo nos impulsa a cargar sobre nuestros hombros el sufrimiento del mundo, con la certeza de que Dios no es alguien distante o lejano del hombre y sus vicisitudes. Al contrario, se hizo uno de nosotros «para poder compadecer Él mismo con el hombre, de modo muy real, en carne y sangre… Por eso, en cada pena humana ha entrado uno que comparte el sufrir y padecer; de ahí se difunde en cada sufrimiento la con-solatio, el consuelo del amor participado de Dios y así aparece la estrella de la esperanza» (Spe salvi, 39).
Miremos para ello a Cristo, colgado en el áspero madero, y pidámosle que nos enseñe amar la cruz, gracias a la cual el hombre vive. La cruz no fue el desenlace de un fracaso, sino el modo de expresar la entrega amorosa que llega hasta la donación más inmensa de la propia vida. El Padre quiso amar a los hombres en el abrazo de su Hijo crucificado por amor. La cruz en su forma y significado representa ese amor del Padre y de Cristo a los hombres. En ella reconocemos el icono del amor supremo, en donde aprendemos a amar lo que Dios ama y como Él lo hace: esta es la Buena Noticia que devuelve la esperanza al mundo.
Volvamos nuestros ojos a la Virgen María, que en el Calvario nos fue entregada como Madre, y supli-quémosle que nos sostenga con su amorosa protección en el camino de la vida, en particular cuando pasemos por la noche del dolor, para que alcancemos a mantenernos como Ella firmes al pie de la cruz.