domingo, 9 de septiembre de 2018

HOJA INFORMATIVA Nº 1115


DEL 2 AL 9 DE SEPTIEMBRE DE 2018

CULTO EN ARAIA

Domingo 9 de septiembre a las 12 h., Misa

CULTO EN L’ALCORA

·  Domingo 2 - XXII del Tiempo Ordinario
* Colectas destinadas a CÁRITAS.
·  Martes 4 - Nuestra Sra. de la Consolación.
·  Viernes 7 - A las 19,30 h., Apostolado de la Oración, misa por Esperanza Monfort Fabra.
- A las 21,30 h., en la Capilla del Santísimo,  Vigilia de la Adoración Nocturna.
·  Sábado 8 - La Natividad de la Santísima Virgen María.
- A las 18,30 h., misa en san Francisco
- A las 19,30 h., en la Parroquia, aniversario  por José Guillot Llopis.
·  Domingo 9 - XXIII del Tiempo Ordinario
* A las 12 h., en la Iglesia parroquial, misa del Barrio de San Roque.

 CONVOCATORIAS


- Miércoles 5 a las 19,30 h., reunión catequistas de    precomunión para programar el curso.  
Jueves día  6,  a las 21 h., reunión de Lectores.

Domingo XXII / B del T.O.:     Marcos 7, 1-8. 14-15. 21-23

Con el corazón lejos de Dios.        José  A. Pagola
     Aunque se habla mucho de secularización y pérdida de fe, la gente siguen siendo en general bastante religiosa.  Seguramente mucho más de lo que se piensa.  Basta observar cómo siguen bautizando a sus hijos, enterrando a sus muertos o incluso celebrando sus bodas.
     No es fácil saber por qué.  Pero la fuerza de la costumbre es grande. Los convencionalismos sociales se imponen.  Y, por otra parte, se busca de alguna manera estar bien con Dios y contar con su protección divina.
     Pero de hecho, estas celebraciones no son, muchas veces, un encuentro sincero con Dios. Muchas bodas, bautizos y primeras comuniones quedan reducidos a una reunión de carácter social, un acto impuesto por la costumbre o un rito que se hace sin entender muy bien lo que significa, y sin que, por supuesto, implique compromiso alguno para la vida.
     Y cuando en una comunidad cristiana se dan orientaciones para celebrar la liturgia con más verdad, o cuando el sacerdote trata de ayudar a vivir la celebración de manera más responsable, se le pide que no moleste demasiado, que termine cuanto antes su predicación y que siga administrando los sacramentos como se ha hecho toda la vida. Lo que realmente importa es el vestido de la niña, la foto de los novios, las flores del altar o el reportaje de video de la ceremonia. Que todo salga “muy bonito y emocionante”.
     Sería necesario repetir en medio de estas celebraciones las palabras de Isaías citadas por Jesús para criticar el culto celebrado de manera rutinaria y vacía en la sociedad judía: «Así dice el Señor: este pueblo me honra con los labios, pero su corazón está lejos de mí. El culto que me dan está vacío».
  En estas celebraciones hay cantos y música, se cumplen los ritos y se observan las normas de las ceremonias, pero cuando se honra a Dios con los labios, ¿dónde está el corazón? Este culto lleno de convencionalismos e intereses diversos, ¿no está demasiado vacío de Dios?
     El culto agrada a Dios cuando se produce un verdadero encuentro con él, cuando se experimenta con alegría y gozo su amor salvador y cuando se escucha su llamada a vivir una vida más fiel al evangelio de Jesús y a su proyecto del reino de Dios.
     Está bien preparar los detalles de la boda o la primera comunión. Es bueno cuidar la reunión festiva de la familia, pero, si se quiere celebrar algo desde la fe, lo primero es preparar el corazón para el encuentro con Dios. Sin ese encuentro sincero con él, todo queda reducido a culto vacío donde, como diría Jesús, dejamos de lado a Dios para aferrarnos a tradiciones de hombres.