domingo, 23 de septiembre de 2018

HOJA INFORMATIVA Nº 1117


DEL 16 AL 23 DE SEPTIEMBRE DE 2018

CULTO EN L’ALCORA

· Domingo 16 – XXIV del Tiempo Ordinario.
* A las 12h, Misa de la Cofradía de la Virgen de los DOLORES.
     - Colectas para las Obras de la Casa de Caritas Jueves 20 – S. Andrés Kim y S. Pablo Chong Hasang y compañeros mártires.
· Viernes  21 – San MATEO, apóstol y evangelista.
· Sábado  22 - A las 18,30 h., misa en san Francisco.   
- A las 19,30 h., misa en la Parroquia.
· Domingo 23 – XXV del Tiempo Ordinario.
                                 
BODAS de ORO
El sábado 22, a las 12,30 h., en la iglesia parroquial   
eucaristía de acción de gracias por las parejas que   celebran cincuenta años de matrimonio.


VIAJES:  a  GANDÍA  y  a  VALENCIA.

La parroquia organiza un viaje a Gandía el 9 de octubre.  Precio 47
 

El trece de octubre viajaremos a Valencia, con motivo del VI centenario de la muerte de San Vicente Ferrer.
Visitaremos la casa natalicia de San Vicente, la Iglesia de San Nicolás y el camarín de la V. de los Desamparados.
Precio 4o

Información e inscripciones en la oficia parroquial.

DOMINGO XXIV/ B del T.O.:    Marcos  8, 27-3
«Y vosotros, ¿quién decís que soy yo?»
  Lo que algunos dicen hoy.
     La pregunta de Jesús no es para llevar a cabo un sondeo de opinión.  ES una pregunta que nos sitúa a cada uno a un nivel más profundo: ¿quién es hoy Cristo para mí? ¿Qué sentido tiene realmente en mi vida? 
Las respuestas pueden ser muy diversas:
     «No me interesa. No me dice nada; no cuento con él;  sé que hay algunos a los que sigue interesando; yo me intereso por cosas más prácticas e inmediatas».  Cristo ha desaparecido del horizonte real de estas personas. 
     «No tengo tiempo para eso.  Bastante hago con    enfrentarme a los problemas de cada día: vivo ocupado, con poco tiempo y humor para pensar en mucho más».  En estas personas no hay un hueco para Cristo. No llegan a sospechar el estímulo y la fuerza que podría él aportar a sus vidas.
     «Me resulta demasiado exigente. No quiero complicarme la vida. Se me hace incómodo pensar en Cristo.    Y, además, luego viene todo eso de evitar el pecado, exigirme una vida virtuosa, las prácticas religiosas.  Es demasiado».  Estas personas desconocen a Cristo no saben que podría introducir una libertad nueva en su existencia.
     «Lo siento muy lejano. Todo lo que se refiere a Dios y a la religión me resulta teórico y lejano; son cosas de las que no se puede saber con seguridad; además, ¿qué puedo hacer para conocerlo mejor y entender de qué van las cosas?»  Estas personas necesitan encontrar un camino que las lleve a una adhesión más viva con Cristo. 
     Estas reacciones las hemos oído en más de una ocasión. También hay respuestas aparentemente más firmes: «soy agnóstico»; «adopto siempre posturas progresistas»; «solo creo en la ciencia».  Estas afirmaciones resultan  inevitablemente artificiales, cuando no son resultado de una búsqueda personal y sincera. 
    
Jesús sigue siendo un desconocido. Muchos no pueden ya intuir lo que es entender y vivir la vida desde él.
Mientras tanto, ¿qué estamos haciendo sus seguidores? ¿hablamos a alguien de Jesús?  ¿lo hacemos creíble con nuestra vida?  ¿hemos dejado de ser sus testigos? 

José A. Pagola