• Domingo 3 – SEGUNDO DE NAVIDAD.
HORARIO:
- 9h en San Francisco.
- 10h en las Carmelitas.
- 12h en la Parroquia, por los difuntos de la Cofradía del Santo Sepulcro.
* Colectas destinada para CÁRITAS.
• Martes 5 – Misas vespertinas de la fiesta de Epifanía
• Miércoles 6 – EPIFANÍA DEL SEÑOR.
HORARIO:
- 9h en San Francisco.
- 10h en las Carmelitas.
- 12h en la Parroquia.
• Sábado 9 – A las 18h en San Francisco, Aniversario de Vicente Ferrer Martí.
* A las 19h en la Parroquia, Aniversario de Teresa Ibáñez Chiva.
* A las 21’45h, Vigilia de la Adoración Nocturna.
• Domingo 10 – BAUTISMO DEL SEÑOR.
HORARIO:
- 9h en San Francisco.
- 10h en las Carmelitas.
- 11 y 12’30h en la Parroquia
ANNUS SACERDOTALIS
El Año sacerdotal tiene como finalidad favorecer la tensión de todo presbítero hacia la perfección espiritual de la cual depende sobre todo la eficacia de su ministerio.
Benedicto XVI, 24 de junio 2009
REYES Y REGALOS
La fiesta de la Epifanía es la fiesta de los regalos, de los dones. Nos emociona ver como año tras año nos llenamos, los niños y también muchos mayores, de ilusión y de alegría ante la emoción de recibir algunos presentes de las personas que queremos.
Si pudiéramos escoger de verdad, si estuviera en nuestra mano recibir el regalo que más deseamos, ¿qué pediríamos a los Reyes de Oriente? Es casi seguro que no pediríamos aquellas pequeñeces que quizá nos hacen algo de ilusión pero que sabemos que no llenan el corazón, que no nos pueden hacer felices de verdad. Sin duda pediríamos la verdadera paz, la felicidad auténtica, para nosotros y para aquellos a quienes queremos; pediríamos trabajo, salud, felicidad, bienes que sabemos que son valiosos de verdad.
Y también, debido a estos tiempos que nos toca vivir, nos hace falta pedir la virtud de la esperanza. La necesitamos para afrontar nuestras ocupaciones diarias con un espíritu alegre y decidido, para poner nuestras ilusiones en aquello que de verdad vale la pena. Benedicto XVI dice, en su encíclica Spe Salvi, que sólo se tiene esperanza auténtica cuando se tiene a Dios. Por lo tanto, este será el mejor regalo; un regalo que nos hace el mismo Dios y que consiste en su propia donación a nosotros. Este es el don más grande: Dios y todas aquellas cosas que Dios nos da con su presencia en nuestra alma.
Se trata de un regalo que es posible para todo el mun-do ya que Dios no rechaza a nadie y está dispuesto a llenar el corazón de todos aquellos que le buscan sinceramente. Quizá lo que nos hace falta es pensar cómo acogemos este don. Cuando recibimos un regalo nos llenamos de alegría y de agradecimiento, manifes-tamos a la persona que nos obsequia estos sentimientos de nuestro corazón y procuramos corresponder de manera adecuada. Nos haría falta pensar si actuamos de manera parecida con nuestro Señor o, si bien, no somos un poco fríos con Él o si estamos demasiados “malacostumbrados” a la proximidad de un Dios que tanto nos ama.
Pongamos este año que acabamos de empezar en manos de nuestra Madre que es estrella de nuestro camino, para que nos ayude a reconocer todos los dones de Dios, a ser muy agradecidos y a llenarnos de una auténtica esperanza cristiana que nos haga vivir dichosos y entregados a los demás.
Que los Reyes nos traigan todas aquellas cosas que de verdad necesitamos para ser mejores y, muy especialmente, el mejor de todos los regalos, Jesús.
