DEL
28 DE JULIO AL 4 DE AGOSTO DE 2013
CULTO EN ARAIA
Jueves
15 de agosto a las 12h, Misa y Procesión.
CULTO EN L'ALCORA
·
Domingo
28 – XVII DEL TIEMPO ORDINARIO.
*
A las 9h en San Francisco, Misa del Barrio San Jaime en honor de su patrono.
·
Lunes
29 – Santa Marta.
·
Miércoles
31 – San Ignacio de Loyola.
·
Jueves
1 – San Alfonso Mª de Ligorio, obispo.
·
Viernes
2 – A las 19’30h en la
Parroquia, Misa del Apostolado de la Oración por Carmen Granell
Nomdedéu.
·
Sábado
3 – A las 19’30h en la
Parroquia, Aniversario de Nieves Bartoll Bartoll.
* A las 21’15h en la Capilla del Santísimo, Vigilia
de la Adoración
Nocturna.
·
Domingo
4 – XVIII DEL TIEMPO ORDINARIO.
* Colecta destinadas a CÁRITAS.
FIESTA
DE SAN SALVADOR
El próximo martes 6
de agosto, con motivo de la fiesta de la Transfiguración
del Señor, tendrá lugar la misa en la ermita de San Salvador. Este año nadie
nos ha comunicado que quiere hacerse cargo de los preparativos en la ermita y
de la misa, lo que damos a conocer por si alguien se ofrece.
GESTOS Y ACTITUDES
Si hemos
asistido alguna vez a una ópera o la hemos podido ver a través de la
televisión, descubrimos cómo el canto, las palabras, los gestos, la decoración,
etc., todo hace disfrutar de lo que se está realizando, y tanto los actores
como los espectadores viven de alguna manera lo que se está narrando y describiendo.
La
liturgia cristiana está también envuelta de una decoración, de palabras,
silencios, cantos, gestos etc., que ayudan a entrar en el misterio de lo que
allí se celebra. Descuidar esos elementos es, por lo general, perder la profundidad
de lo que se celebra y salir con la sensación de que se ha perdido el tiempo y
no hemos llegado a descubrir y sentir la presencia amorosa de Dios.
En la
liturgia utilizamos algunas posturas a través de las cuales queremos que sea
toda la persona, alma y cuerpo, la que se implique y no solamente la razón o el
espíritu.
De pie. Es la postura que caracteriza
al hombre creado a imagen de Dios. Es signo del respeto que el ser humano tiene
ante lo sagrado. Nos ponemos de pie al leer el Evangelio. Se está de pie
delante de Dios cuando se le dirige la oración. En las iglesias antiguas el
altar está dirigido hacia oriente que simboliza a Cristo resucitado, llamado
“sol que nace del oriente”. Estar de pie es esperar a Cristo, “sol de lo alto”,
que viene a salvarnos. Y se le recibe estando de pie.
Sentado. Significa serena y apacible
disponibilidad. Por eso las lecturas y la homilía se escuchan sentados. Se está
atento para interiorizar lo que nos pide nuestro Dios y responder con generosidad
y prontitud.
De rodillas. Indica la oración de
súplica, hecha desde la humildad, desde la sencillez. Moisés se descalzó y se
puso de rodillas ante Dios que le hablaba en la zarza ardiente. Se sentía indigno
de estar ante Dios, todo poderoso y tres veces santo. Ponerse de rodillas ante
Dios ayuda a sentirse creatura, a no creerse más que los demás, a reconocer las
propias flaquezas y debilidades suplicando a Dios que tenga misericordia y
conceda su paz y su gracia.
Genuflexión.
Se dobla la rodilla ante la presencia del Señor en la Eucaristía. Gesto
sencillo, pero que recuerda la grandeza del Señor al hacerse pequeño, quedarse
con nosotros en el sagrario y darse en alimento en el pan que recibimos en la Eucaristía. Muchos
cristianos desconocen este gesto o lo consideran inútil. Pero el cuerpo
necesita expresar con gestos los que se vive interiormente. Y los cristianos adoramos
a Cristo hecho compañero de viaje y presente en el Pan Consagrado. ¿No hacemos
gestos de reverencia ante personas revestidas de dignidad? ¿Por qué descuidarlo
ante la Eucaristía?
Hacerlo con respeto, con dignidad y sin prisa nos hace un gran bien.
Las manos
y brazos tendidos a lo alto. Así hacen los sacerdotes las oraciones en nombre
de la comunidad cuando celebran la divina liturgia. Extienden las manos hacia
el cielo como lo hacía Moisés mientras intercedía por su pueblo confrontado a
una terrible batalla. Mientras extendía las manos ganaba Israel, cuando las
bajaba perdía. Las manos abiertas y mirando al cielo significan que todo lo
esperamos del Señor y a él se lo pedimos. La oración va dirigida a Dios, dador
de todo bien, y se indica con las manos abiertas y extendidas hacia lo alto.