DEL
12 AL 19 DE MAYO DE 2013
CULTO EN L'ALCORA
·
Domingo
12 – LA
ASCENSIÓN DEL SEÑOR.
*
A las 12h, PRIMERAS COMUNIONES.
·
Martes
14 – San Matías, apóstol.
·
Miércoles
15 – San Isidro, labrador.
*
A las 11h, Misa en las Carmelitas en conmemoración de la fiesta del Hogar Madre
Rosa Ojeda.
·
Viernes
17 – San Pascual Bailón, patrono de la Diócesis.
·
Sábado
18 – A las 19’30h en la
Parroquia, Aniversario de Rosalía Porcar Chiva.
·
Domingo
19 – SOLEMNIDAD DE PENTECOSTÉS.
*
A las 12h, PRIMERAS COMUNIONES.
ADORACIÓN DEL SANTÍSIMO. Miércoles 15
de mayo
De 11h a 12h
en San Francisco.
Desde las 17’30h
hasta la Misa,
en la Parroquia.
A las 19h,
rezo de vísperas.
CONVOCATORIA
- Viernes 17 a las 20h en el Calvario,
acto de despedida de la
Peregrinación por las Ermitas. (Debido a este acto, se suspende la Oración Comunitaria).
CONVOCATORIAS COMUNIONES
DOMINGO 19
- Lunes 13 a las 20h en los salones
parroquiales, reunión de padres.
- Jueves 16 y Viernes 17 a las 17’30h en la Parroquia, preparación de los niños.
-
Sábado 18 a las 12h en la Parroquia, ensayo
general.
¿PASADO DE MODA?
Muchos cristianos, especialmente durante el mes de mayo, dedicado a la Virgen María, madre
de Jesús y madre nuestra, rezan el rosario particularmente o en familia. Es una
oración que no debería faltar en nuestra vida.
Pero,
aún encontramos personas que se preguntan si no está pasado de moda el rezo del
Rosario. La respuesta es sencillamente que no. El Rosario sigue siendo una maravillosa
escuela de oración que permite que la Palabra de Dios resuene a lo largo de la jornada
(trabajando, descansando, paseando...) y que permite encontrar a María para
aprender de ella su generosa disponibilidad: Aquí estoy, Hágase en mí según tu
Palabra.
El P.
Bernardot, fundador de la revista “El Rosario” (en 1921), decía: El Rosario es
el resumen del cristianismo; es el símbolo cristiano, pero no un símbolo seco y
árido; no un símbolo expresado en los grandes libros de teología que únicamente
son capaces de entender algunos privilegiados, sino que es el símbolo que reza,
que canta y que ama. Sí, el Rosario es la oración de los sencillos, de los
humildes, de quienes no saben decir otra cosa que alabar (“Dios te salve,
María, llena de gracia...”) y suplicar (“Santa María, ruega por nosotros pecadores...”).
El rezo
del Santo Rosario introduce en la contemplación de los misterios de la vida,
pasión, muerte y resurrección de Cristo. En ello radica la grandeza y la profundidad
de esa sencilla oración. Y sabemos que sólo se imita aquello que se contempla.
De ahí que el Papa Juan Pablo II invitaba a los cristianos del Tercer Milenio a
ser contempladores del rostro de Cristo; un rostro que no es otro que el del
Hijo de Dios (misterios gozosos); el rostro doliente de Jesucristo (misterios
dolorosos); el rostro de Cristo que se ilumina y transfigura (misterios luminosos)
y el rostro del Resucitado (misterios gloriosos). Después de dos mil años de estos
acontecimientos, la Iglesia, los cristianos, los viven como si hubieran
sucedido hoy. ¡Qué dulce es el recuerdo de Jesús, fuente de verdadera alegría
del corazón! Desde esa contemplación, hecha oración y vida, el cristiano
retomará el camino para anunciar a Cristo a los hombres de su tiempo. De esa
contemplación brotará el dinamismo misionero cumpliendo el mandato del Señor:
Id al mundo entero y proclamad el Evangelio a toda la creación.
El
Rosario es camino que nos adentra en el misterio del Amor de Dios y es motor
que nos impulsa a la
Nueva Evangelización. De ahí que el Papa Juan pablo II decía
a los sacerdotes, catequistas y padres de familia: Pido insistentemente a los
pastores que recen el rosario y que lo enseñen a rezar en sus comunidades
cristianas. Enseñad al Pueblo de Dios a que retorne a la recitación cotidiana
del rosario, esta afectuosa conversación de los hijos con la Madre a la que han acogido
en su casa.
El rosario ayuda a permanecer en el camino de la fidelidad al amor de Dios. Cuenta un ex prisionero de los campos de concentración de Auschwitz: Hice un rosario de miga de pan, quitándomelo del poco que nos daban para comer. Para resistir vivo necesitaba aún más de la oración que de la comida. Lo llevaba siempre escondido, porque nos estaba terminantemente prohibido llevar cualquier instrumento o efecto personal. Rezando el rosario pude aguantar. Fue mi ancla de salvación.
El rosario ayuda a permanecer en el camino de la fidelidad al amor de Dios. Cuenta un ex prisionero de los campos de concentración de Auschwitz: Hice un rosario de miga de pan, quitándomelo del poco que nos daban para comer. Para resistir vivo necesitaba aún más de la oración que de la comida. Lo llevaba siempre escondido, porque nos estaba terminantemente prohibido llevar cualquier instrumento o efecto personal. Rezando el rosario pude aguantar. Fue mi ancla de salvación.
Que el rezo de esa oración de los sencillos y
humildes nos ayude a progresar en el camino de la santidad.