DEL
30 DE AGOSTO AL 6 DE SEPTIEMBRE DE 2015
FIESTAS EN HONOR AL SANTÍSIMO CRISTO DEL CALVARIO
· Domingo 30 – STMO.
CRISTO DEL CALVARIO
Horario de Misas y Procesión:
* 9 h., en San Francisco.
*
10 h., en las
Carmelitas y en la Foia.
* 11,30 h., en la
Parroquia, Misa Solemne.
* 19 h., en la
Parroquia.
* 20 h., Ofrenda de flores al Cristo y Solemne
Procesión al Calvario.
·
Lunes 31 - A las
18,30 h., en la Parroquia, Misa Solemne en sufragio de los Difuntos
de
l’Alcora.
Seguidamente Procesión hasta el Cementerio
y responso por los fieles difuntos.
AVISO: Del martes 2 al viernes 5 no hay misa
por la tarde; sólo la de
7,55 h. en la Capilla
de las Carmelitas.
·
Jueves 3 – San Gregorio Magno, papa y doctor.
·
Viernes 4 – PRIMER VIERNES DE MES.
* A las 7,55 h., en las Carmelitas, Misa del
Apostolado de la Oración por las socias difuntas de la Cofradía del Sagrado Corazón.
·
Sábado 5 – A las 18,30 h misa en San Francisco
·
No habrá Misa vespertina en la Parroquia.
·
Domingo 6 – XXIII DEL TIEMPO ORDINARIO
Horario
de Misas:
* 9 h., en San Francisco.
* 10 h., en las Carmelitas y en la Foia.
* 12 h., en la
Parroquia.
* 19 h., en la
Parroquia.
* Colectas destinadas a CÁRITAS.
TANTO AMÓ DIOS AL MUNDO…
Juan 3,13-17
Para el evangelista San Juan, la luz
que puede iluminar todo está en el Crucificado.
La afirmación es atrevida: «Tanto amó Dios al mundo que entregó a su Hijo único para que no
perezca ninguno de los que creen en él, sino que tengan vida eterna». ¿Podemos ver y sentir el amor de Dios en ese
hombre torturado en la cruz?
Acostumbrados
desde niños a ver la cruz por todas partes,
no hemos aprendido a mirar el rostro del Crucificado con fe y con amor. Nuestra mirada distraída no es capaz de
descubrir en ese rostro la luz que podría iluminar nuestra vida en los momentos
más duros y difíciles.
Sin embargo, Jesús
nos está mandando desde la cruz
señales de vida y de amor.
En esos brazos
extendidos, que no pueden ya abrazar
a los niños, y en esas manos clavadas, que no
pueden acariciar a los leprosos ni bendecir a los enfermos, está Dios
con sus brazos abiertos para acoger, abrazar y sostener nuestras pobres vidas, rotas por tantos sufrimientos.
Desde ese rostro apagado por la
muerte, desde esos ojos que ya no pueden mirar con ternura a pecadores, desde
esa boca que no puede gritar su indignación por las víctimas de tantos abusos e injusticias, Dios nos está revelando
su “amor loco” por la humanidad.
«Dios
no mandó su Hijo al mundo para juzgar al mundo, sino para que el mundo se salve
por él». Podemos acoger a ese Dios y lo podemos
rechazar. Nadie nos fuerza. Somos nosotros los que hemos de decidir. Pero “la Luz ya ha venido al mundo”. ¿Por qué tantas veces rechazamos esa
luz que nos viene del Crucificado?