DEL
3 AL 10 DE ENERO DE 2016.
Domingo
3 de enero, misa a las 12 h.
CULTO EN L’ALCORA
Domingo 3 – II de NAVIDAD.
-
12 h., en la Parroquia, misa
de Acción de Gracias, Difuntos Cofradía del Santo Sepulcro.
*
Colectas para CÁRITAS.
Martes
5 – Misas vespertinas de la fiesta de EPIFANÍA
Miércoles 6 – La EPIFANÍA
del SEÑOR.
Viernes 8 – PRIMER VIERNES DE MES.
* A las 18,30 h., Misa del Apostolado de la Oración por Antonia Vié Dibusé.
*
A las 21,15 h., en la Capilla
del Santísimo, Vigilia de la Adoración Nocturna.
Sábado 9 - A las 18 h., misa en San Francisco.
- A las 19 h., en la Parroquia , aniversario de Joaquín
Chiva Ferrer.
Domingo 10 - EL BAUTISMO
DEL SEÑOR.
IV San Silvestre
alcorina por la solidaridad
El pasado domingo día 27, como ya viene siendo
costumbre en la agenda de los alcorinos y también en nuestra parroquia, hemos vuelto a celebrar y disfrutar de una
nueva edición de esta fiesta popular que se repite en tantísimas localidades y
que, en la nuestra, tiene un trasfondo de solidaridad en su origen y en su
propósito y que además está íntimamente ligada a nuestra parroquia desde su
nacimiento y desde sus promotores
originales. Una nueva edición que supone una nueva demostración
de que se puede unir fiesta, generosidad y
hermandad entre los vecinos de nuestra localidad, todo ello apoyado,
reconocido y agradecido desde nuestra parroquia.
No en vano, los 950 participantes de este año han
dejado alrededor de 1.200 kg de ayuda que una vez más se destinan íntegramente
a Caritas Parroquial para demostrar que no
queda en el olvido la necesidad de otros vecinos de nuestra villa aún inmersos
en plenas celebraciones donde tanto y tanto se derrocha.
Desde la parroquia agradecemos
a la concejalía, a la organización, al grupo Scout, Caja Rural y
resto de colaboradores anónimos, y también al equipo de Caritas el empeño desinteresado
y nuestro deseo de que siga creciendo la convivencia
entre nuestros vecinos y la conciencia de que no todos vivimos en las mejores
condiciones.
II de NAVIDAD: Juan 1, 1-18 / RECUPERAR A JESÚS
Los creyentes tenemos múltiples y muy diversas imágenes de Dios. Desde niños nos vamos haciendo nuestra propia idea de él, condicionados, sobre todo, por lo que vamos escuchando a catequistas y predicadores, lo que se nos transmite en casa y en el colegio o lo que vivimos en las celebraciones y actos religiosos.
Todas estas imágenes que nos hacemos de Dios son imperfectas y
deficientes, y hemos de purificarlas una y otra vez a lo largo de la vida. El evangelio de Juan nos recuerda una convicción
que atraviesa toda la tradición bíblica: «A Dios no lo ha visto nadie jamás».
El mismo evangelio de Juan nos recuerda la convicción que sustenta
toda la fe cristiana en Dios. Solo
Jesús, el Hijo único de Dios, es «quien
lo ha dado a conocer». En ninguna
parte nos descubre Dios su corazón y nos muestra su rostro como en Jesús.
Dios nos ha dicho cómo es encarnándose en Jesús. No se ha
revelado en doctrinas y fórmulas teológicas sublimes sino en la vida entrañable de Jesús, en su
comportamiento y su mensaje, en su entrega hasta la muerte y en su resurrección. Para aproximarnos a Dios hemos de acercarnos
al hombre en el que él sale a nuestro encuentro.
Siempre que el cristianismo ignora a Jesús o lo olvida, corre el
riesgo de alejarse del Dios verdadero y de sustituirlo por imágenes distorsionadas
que desfiguran su rostro y nos impiden colaborar en su proyecto de construir un
mundo nuevo más liberado, justo y fraterno.
No basta con confesar a Jesucristo de manera
teórica o doctrinal. Todos necesitamos conocer a Jesús desde
un acercamiento más concreto y vital a los
evangelios, sintonizar con su proyecto,
dejarnos animar por su Espíritu, entrar en su relación con el Padre,
seguirlo de cerca día a día. Ésta es la
tarea apasionante de una comunidad que vive hoy purificando su fe. Quien conoce y sigue a Jesús va disfrutando cada vez más de la bondad insondable
de Dios.
El Dios escondido no es un Dios ausente. En el fondo de la vida, detrás de las cosas,
en el interior de los acontecimientos, en el
encuentro con las personas, en los dolores y gozos de la existencia,
está siempre el amor de Dios sustentándolo todo.
J.A. Pagola