DEL
23 AL 30 DE OCTUBRE DE 2016
CULTO EN L’ALCORA
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Domingo 23 – XXX DEL TIEMPO ORDINARIO.
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DÍA DEL DOMUND – Colecta extraordinaria
-
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A las 12 h., Misa inicio de curso de los niños y jóvenes de catequesis.
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Viernes 28 – San Simón y San Judas, apóstoles.
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Sábado 29 - A las 18,30 h., en San Francisco,
misa.
- A las
19,30 h., en la Parroquia, aniversario
de
María Badenes Monfort.
- Esta
noche los relojes se retrasan una hora -
·
Domingo 30 – XXXI DEL TIEMPO
ORDINARIO.
ADORACIÓN DEL SANTÍSIMO.
Miércoles
26 - De 17,30 h.,
hasta la Misa, en la Parroquia.
A las 19 h., tendrá
lugar el rezo de vísperas.
Jueves 27 - De 11 h., a 12
h., en San Francisco.
CATEQUESIS
- Lunes 24 a las 21 h., reunión catequistas 1º Comunión
-
Martes 25 a las 21 h., reunión catequistas 2º Comunión
Itinerario de FORMACIÓN de ADULTOS –
- Jueves 27 - a las 21 h., inicio del curso de formación
de adultos. Presentación de la Exhortación Apostólica “Amoris
Laetitia” del papa Francisco, que trabajaremos en este
curso.
EUCARISTÍA Y MISIONEROS
Con frecuencia vivimos la Eucaristía como algo
íntimo y
personal.
Nos alimentamos de Cristo y pareciera que engordamos espiritualmente.
¿No
nos estaremos olvidando de algo fundamental?
Benedicto XVI en un
Mensaje de esta jornada decía: “No
podemos guardar para nosotros el amor que celebramos en el
Sacramento. Este exige por su naturaleza que sea comunicado a todos. Lo
que el mundo necesita es el amor de Dios, encontrar a Cristo y creer en Él. Por
esta razón, la Eucaristía no sólo es fuente y culmen de la vida de la Iglesia,
sino también de su misión: ”Una Iglesia auténticamente eucarística es una
Iglesia misionera” capaz de llevar a todos a la comunión con Dios, anunciando
con convicción: “lo que hemos visto y oído, os lo anunciamos, para que también
vosotros estéis en comunión con nosotros”.
Está bien comulgar y sentir en nosotros el latir del corazón de Dios, pero ¿para quedarnos con Él a solas? El amor es como el fuego, no se le puede encerrar porque tiende a dilatarse. La olla exprés necesita de una salida para que no explote. El amor que sembramos en nuestro corazón al comulgar necesita ser luego expresado hacia los demás. No hay verdadera comunión sólo con Dios, si a la vez no comulgamos con los demás.
Está bien comulgar y sentir en nosotros el latir del corazón de Dios, pero ¿para quedarnos con Él a solas? El amor es como el fuego, no se le puede encerrar porque tiende a dilatarse. La olla exprés necesita de una salida para que no explote. El amor que sembramos en nuestro corazón al comulgar necesita ser luego expresado hacia los demás. No hay verdadera comunión sólo con Dios, si a la vez no comulgamos con los demás.
Comulgar o participar en la Eucaristía es
compartir el “pan que será entregado por
vosotros” y beber “el cáliz de mi sangre
que será derramada por todos”.
La Eucaristía nos hace Iglesia, por tanto,
nos hace partícipes de la misión de la Iglesia, es sacramento de comunión, no de individualismo egoísta. El espíritu
misionero es como el oxígeno que hace posible que el fuego se mantenga vivo.
Comulgar es entrar en comunión con todos los hombres, sobre todo con aquellos
que más preocupan al corazón de Dios que son los que aún no le conocen o que, conociéndole,
no lo viven.
DOMINGO
XXX/ C del T.O.: Lucas 18, 9-14
“El publicano bajó a su
casa justificado y el fariseo no”
El fariseo, en su oración, juzga a los
otros, se escucha a sí mismo y no se considera como los demás.
Jesús nos señala que ante Dios no
podemos presumir de nada. Él no mira si cumplimos las normas; mira si
nuestra vida está llena de amor y misericordia como su corazón.
Jesús
enséñanos a rezar con humildad, conscientes de lo que somos y agradecidos de lo
que recibimos.