DEL 5 AL 12 DE JUNIO DE
2016
·
Domingo 5 – X DEL TIEMPO ORDINARIO.
-
Colectas destinadas a Caritas -
HORARIO: 9 h.,
en San Francisco.
10
h., en las
Carmelitas: “Veïns
barri de la Sang”
11
h., en la Parroquia , misa
y procesión, del SAGRADO CORAZÓN DE JESÚS
·
Sábado 11 – San BERNABÉ, apóstol
*
A las 17 h., BAUTIZOS
- A las 18,30 h., en S. Francisco, aniversario
de Francisco Mor Masó.
-
A las 19,30 h., en la
Parroquia , Acción de Gracias, Barrio de San Vicente.
·
Domingo 12 – XI DEL TIEMPO ORDINARIO
- A las 12 h., en la Parroquia, AA. La Salle.
ADORACIÓN DEL SANTÍSIMO
Se suspende hasta comienzo del nuevo curso.
CONVOCATORIAS
- Martes
7 a las 21,30 h., en los salones parroquiales revisión “Peregrinos de las ermitas”.
-
Jueves 9 a las 21,30 h., en los
salones parroquiales reunión del Consejo
de Pastoral Parroquial.
DOMINGO X / C del T.O.: Lucas 7, 11-17
LAS LÁGRIMAS DE LAS MADRES Juan Jauregui
Nadie sabe el dolor del corazón de una
madre que ha perdido a su hijo. Su
camino más doloroso es sin duda el del
cementerio. De ahí las dolorosas escenas
de despedida cuando es preciso tomarla de la mano porque no quiere
soltarse del último abrazo al féretro.
Pero todos somos testigos del dolor de
las madres que sienten que también están perdiendo a su hijo. Es el dolor de las madres que ven como sus hijos
se alejan del hogar en busca de otras compañías, andando por otros caminos de
muerte en la vida. El dolor de las madres que ven a su hijo
dominado por el alcohol y que regresa a casa de madrugada, cuando no se queda
por ahí todo el fin de semana. El dolor de las madres que ven como su hijo se
está hundiendo en el infierno de la droga. El dolor de las madres que sienten que su hijo se niega a abrir sus ojos a un futuro
digno y que los haga hombres dignos en la sociedad.
Todos, de alguna
manera, hemos sido y somos testigos del
dolor de muchas madres. Engendraron al
hijo con todo el cariño de su corazón y ahora ven cómo se les escapa de las manos. A estas madres no podemos mirarlas con
indiferencia y muchos menos con críticas y reproches.
También ellas necesitan de un Jesús
que sienta compasión por ellas y les
devuelva a su hijo medio muerto en vida, camino de una vida que cada día
se va destruyendo. También ellas necesitan de una palabra de
consuelo por parte nuestra. También ellas necesitan de esa ayuda
que pueda devolverles al hijo. Felizmente
existen hoy distintos movimientos de ayuda, pero necesitan también ellas de
mucha fe en Jesús que es capaz de decir: “¡Muchacho,
a ti te lo digo, levántate!”
Todas las terapias
son de alabar y apreciar, pero no
podemos olvidar a ese Jesús que, a veces como quien no hace nada, sale a
nuestro encuentro. Hay muertes que sólo
Él puede devolverles la vida. Jesús no
es indiferente ante las lágrimas de las
madres, tampoco nosotros debiéramos ser indiferentes para con ellas.
En la Iglesia hemos de recuperar
cuanto antes la compasión como el estilo de vida propio de los seguidores de
Jesús. La hemos de rescatar de una concepción
sentimental y moralizante que la ha desprestigiado. La compasión que exige justicia es el gran
mandato de Jesús: “Sed compasivos como
vuestro Padre es compasivo”. Esta compasión es hoy más necesaria que nunca.
Desde los centros de poder, todo se
tiene en cuenta antes que el sufrimiento de las víctimas. Se funciona como si no hubiera dolientes ni
perdedores.
Desde las comunidades de Jesús se
tiene que escuchar un grito de indignación absoluta: el sufrimiento de los inocentes ha de ser
tomado en serio; no puede ser aceptado socialmente como algo normal pues es
inaceptable para Dios. Él no quiere ver
a nadie llorando. “No llores”