DEL
8 AL 15 DE OCTUBRE DE 2017
CULTO
EN ARAIA
Domingo 15 a las 12 h., Misa
CULTO EN L’ALCORA
·
Domingo
8 - XXVII DEL TIEMPO ORDINARIO.
* A las 13 h., BAUTIZOS.
·
Lunes
9 - Día de la Comunidad Valenciana.
* Por
ser festivo, no hay misa vespertina.
·
Jueves
12 - Ntra. Sra. del PILAR.
- A las 11, - h., en la Parroquia , misa en honor
de la patrona de la Guardia Civil.
- No
hay misa vespertina –
- A las 17,30 h., misa
en La Foia.
·
Sábado 14 - A las 18,30 h., misa en San Francisco.
- A las 19,30 h., fiesta Virgen de Lidón.
·
Domingo 15 – XXVIII DEL TIEMPO ORDINARIO.
A las 10 h., en las
Carmelitas, Sta. Teresa de Jesús.
ADORACIÓN DEL
SANTÍSIMO.
Miércoles 11 - De 17,30 h., hasta la
Misa , en la
Parroquia.
A las 19 h.,
tendrá lugar el rezo de vísperas.
Jueves 12 - En San Francisco, se suprime por ser el Pilar.
FECHAS PRIMERA COMUNIÓN
-
Martes 10 a las
20 h. en la Iglesia parroquial, se convoca a los padres de los niños que tomarán
la Primera Comunión en el 2018, para acordar grupos y fechas.
DOMINGO XXVII/ A del T.O.:
Mateo
21, 33-43
Jesús recurre a la imagen de la viña para describir la obra de Dios y la
respuesta del hombre.
Un terrateniente planta una viña, la circunda con una valla, escaba un
lagar, construye una torre, la entrega al cuidado de viñadores y se va. Llegado
el tiempo de la vendimia, envía a sus siervos a recoger la cosecha pero éstos
se encuentran con la sorpresa de que los viñadores no quieren entregar los frutos.
La primera hipótesis que viene a la mente es que los viñadores quieren quedarse
con los frutos; existe, sin embargo otra posibilidad, quizás la más probable:
no tienen ningún fruto que presentar. Puede ser que no hayan trabajado, que
hayan pasado el tiempo en juergas y comilonas o que no hayan hecho un buen trabajado.
Algunos de ellos comienzan a burlarse de los enviados del dueño, después
vienen los insultos y finalmente los golpes y la muerte de algunos siervos. El
dueño no se da por vencido, ama demasiado a su viña y manda, entonces, otros
siervos, más numerosos que los primeros, pero los resultados son los mismos.
Como última tentativa, envía a su propio hijo, pero los trabajadores de la viña
lo echan fuera también a él y lo matan, convencidos de convertirse en dueños
del campo que les había sido encomendado. Todos los detalles del relato tienen
un significado simbólico.
El patrón es el Señor que ha prodigado
incontables cuidados y manifestado un inmenso amor por su pueblo (v. 33). La cerca es la Torá, la ley que Dios ha dado a su pueblo para protegerlo de sus enemigos, es
decir, de las propuestas de vida insensata que les habría llevado a la ruina. Los viñadores representan los jefes, los
líderes religiosos y políticos cuya tarea era la de colocar al pueblo en las
condiciones ideales para producir los frutos que el dueño espera de ellos:
se trata de frutos de amor al prójimo y justicia social.
El Hijo es Jesús. El tiempo
de la vendimia representa el momento del juicio de Dios que
no hay que entender como “ajuste de cuentas”, sino como una intervención
salvífica.
Al final de la parábola, Jesús trata de envolver en la trama del relato a
sus oyentes y le pide su parecer sobre qué comportamiento esperarían del dueño
de la viña, y ellos responden convencidos: “Acabará con aquellos malvados” (v. 41). Pero Jesús sigue otra lógica. En vez de aprobar las palabras
de amenaza y destrucción pronunciadas por sus oyentes (v. 41), propone la
acción de Dios: el Señor no reaccionará destruyendo al malvado ni tampoco fingiendo
que el mal no ha sido cometido. Éste permanece, no puede ser maquillado. Pero
Dios interviene para sacar bien del mal, es una obra maestra de salvación. El resultado final de la intervención del dueño es
la entrega de la viña a otros trabajadores que la hagan fructificar. No se
trata de una reacción de despecho por parte del dueño, sino de un gesto suyo de
amor y de salvación. Ni siquiera el rechazo y la muerte del Hijo hacen que Dios
se convierta en enemigo del hombre.
Refiriendo esta parábola, el evangelista Mateo pensaba en la infidelidad
de los líderes de su pueblo y su rechazo al Mesías de Dios. Pero no solamente
pensaba en ellos, pensaba también en sus comunidades y en el mundo entero: todo
hombre es un viñador del que Dios espera la entrega de los frutos.
La buena noticia con que concluye el pasaje
evangélico (v. 43) es que, a pesar de todos los rechazos del hombre, al final
Dios encuentra siempre la manera de alcanzar su objetivo y obtener los frutos
buenos que desea.
P. Fernando Armellini