DEL 11 AL 18 DE ABRIL DE 2018
Domingo
15 a las 12 h., Misa
CULTO EN L’ALCORA
· Domingo 8 – Segundo
de PASCUA.
- 9 h., en San Francisco.
- 10 h.,
en las Carmelitas y La Foia.
- 12 h.,
Misa de Peregrinos.
· Lunes 9
- San VICENTE Ferrer.
- Apertura Año jubilar Vicentino -
- A
las 9 h., Romería a la
Ermita de San Vicente.
A la
llegada Santa Misa en honor del Santo. - A
las 19, 30 h., misa en la iglesia parroquial.
-
En la
iglesia de La Foia, misa a les 17,30 h.
Día de precepto en toda la Comunidad Valenciana con motivo del 600
aniversario de la muerte de San Vicente Ferrer.
· Martes 10 - ANUNCIACIÓN
del SEÑOR
(Fiesta trasladada)
-
A las 19, 30
h., misa en San Francisco.
·
Viernes 13 - A las 21,15 h., en la Capilla del Santísimo, Vigilia de la Adoración Nocturna.
· Sábado 14 - A las 18,30 h., en San
Francisco aniversario de Lola Mallol Gasch.
- A las 19,30 h., en la iglesia parroquial, el Sr. Obispo administrará el sacramento de la CONFIRMACIÓN.
· Domingo 15 - Tercero
de PASCUA.
ADORACIÓN DEL
SANTÍSIMO.
Miércoles 11 - De 17,30 h., hasta la
Misa, en la Parroquia. A las 19 h., tendremos
el rezo de vísperas.
Jueves
12 - De 11 h., a 12 h., en San Francisco.
CONVOCATORIAS
- Martes 10 a las 21 h., reunión de
Lectores.
- Jueves 12, a las 21,30 h., en los salones parroquiales reunión de la Hospitalidad
de Lourdes.
Año Jubilar Vicentino
Con ocasión del sexto centenario de la muerte de san Vicente Ferrer (5
de abril de 1419), la Penitenciaria Apostólica ha concedido un Año Jubilar
desde éste lunes 9 de abril hasta el 29 de abril del 2019.
Pueden
lograr el jubileo, los días 9 de abril de este año y 29 de abril del próximo, los fieles que participen en la
Eucaristía en nuestra ermita de San Vicente Ferrer, o dedicando en ella un tiempo razonable a la plegaria, de modo
particular por las intenciones del Romano Pontífice, concluyendo con el
Padrenuestro, el Credo e invocaciones a la Virgen María y a San Vicente Ferrer.
Domingo II de PASCUA: Juan 20
,19-31
Tomás era un hombre realista. En el evangelio representa a los cristianos de la segunda generación
que no habían tenido experiencia de la presencia viva de Jesús y se encontraban
acechados por la incredulidad. Su fe empezaba a flaquear y entrar en crisis.
Tomás pide tener la misma experiencia que los otros discípulos, sometida a la
prueba de los sentidos. «Si no
veo en sus manos la señal de los clavos y no meto mi mano en su costado, no creeré». Representa, por tanto, a todos los que solo se fían de la experiencia de sus sentidos, los que
necesitan ver y tocar, los escépticos, los que piden razones y demostraciones para creer, los hijos de la
duda y la sospecha. Ver para creer.
Creer
en Jesucristo resucitado es un acto personal que compromete totalmente a cada
uno de nosotros aunque descanse sobre la fe y
el testimonio de la comunidad de creyentes. Confianza y humildad, frente a incredulidad y autosuficiencia. Tomás
no llega a tocar la señal de los clavos ni a introducir su mano en el costado, sino que alcanza la cima de la
fe en el encuentro directo y personal con el crucificado-resucitado y
responde directamente con la afirmación cristológica más sublime del evangelio:
«Señor
mío y Dios mío». El reproche al
discípulo del octavo día se convierte en bienaventuranza para todos los que han
de venir después: «Dichosos los que crean sin haber visto». Creer para ver.
Los cristianos no creemos por
razones, pero tenemos razones para creer. /