DEL 22 AL 29
DE ABRIL DE 2018.
·
Domingo 22 –
Cuarto de PASCUA.
Jornada
mundial de oración por las vocaciones
* A las 13,30 h., BAUTIZOS
·
Miércoles 25 – San Marcos, evangelista.
·
Jueves 26 – San
Isidoro de Sevilla
·
Sábado 28 - A las 18,30 h., misa en San Francisco.
- A las 19,30 h., misa en la Parroquia.
· Domingo 29 –
Quinto de PASCUA.
ADORACIÓN DEL
SANTÍSIMO.
Miércoles 25 - De 17,30 h., hasta la
Misa, en la Parroquia.
A las 19 h., tendremos
el rezo de vísperas.
Jueves 26 - De 11 h., a 12 h., en San Francisco.
CONVOCATORIAS
- Itinerario
de FORMACIÓN de ADULTOS –
Miércoles
25,
a las 17 h., reunión del grupo 1
Jueves
26,
a las 21,30 h., reunión de los grupos 2 y
3
CONVOCATORIAS COMUNIONES:
Domingo 6
- Jueves 26: de 17,30 a 18,30
penitencial niños y padres.
- 20 h.,
en la iglesia, reunión de padres.
Domingo IV de PASCUA: Juan 10, 11-18
En lo cotidiano está la vida José A. Pagola
Nuestra vida se define por lo
cotidiano. Por lo general no son los
momentos extraordinarios y excepcionales los que marcan más nuestra existencia. Es más bien esa vida ordinaria de todos los
días, con las mismas tareas y obligaciones, en contacto con las mismas
personas, la que nos va configurando. En
definitiva somos lo que somos en la vida cotidiana.
Esta vida no tiene muchas veces
nada de excitante. Está hecha de
repetición y rutina. Pero es nuestra
vida, y somos, al mismo tiempo, responsables y víctimas de esa vida aparentemente
pequeña de cada día.
En esa vida de lo normal y lo
ordinario podemos crecer como personas y podemos echarnos a perder. En esa vida crece nuestra responsabilidad o
aumenta nuestra desidia; cuidamos nuestra dignidad o nos perdemos en la
mediocridad; nos inspira y alienta el amor o actuamos desde la indiferencia; nos dejamos arrastrar por la superficialidad
o arraigamos nuestra vida en lo esencial; se va disolviendo nuestra fe o se va
reafirmando nuestra confianza en Dios.
La vida cotidiana no
es algo que hay que soportar para luego vivir no sé qué. Es en esa vida de cada día donde se decide
nuestra calidad humana y cristiana. Ahí
se fortalece la autenticidad de nuestras decisiones; ahí se purifica nuestro
amor a las personas; ahí se configura nuestra manera de pensar y creer. «Para el hombre interior y espiritual no hay
mejor maestro que la vida cotidiana» (Karl Rahner).
Según la teología del evangelio
de Juan, los seguidores de Jesús no caminan por la vida solos y desamparados. Los acompaña y defiende día a día el Buen
Pastor. Ellos son como «ovejas que escuchan su voz y le siguen». Él las conoce a cada una y les da vida
eterna. Es Cristo quien ilumina, orienta
y alienta su vida día a día hasta la vida eterna.
En el día a día de la
vida cotidiana hemos de buscar al Resucitado en el amor, no en la letra muerta;
en la autenticidad, no en las apariencias; en la verdad, no en los tópicos; en la creatividad, no en la pasividad
y la inercia; en la luz, no en la oscuridad de las segundas intenciones; en el
silencio interior, no en la agitación superficial.