DEL 17 AL 24
DE JUNIO DE 2018.
CULTO EN ARAIA
Domingo 17
de junio a las 12 h., misa
CULTO EN L’ALCORA
·
Domingo
17 - XI del Tiempo Ordinario.
· Jueves
21 - San Luís Gonzaga
· Sábado 23 - Hoy no habrá misa de 7,55 en las Carmelitas
- A las 11 h., en la iglesia parroquial, Eucaristía de acción de gracias:
50 años de presencia y servicio en L’Alcora de las Hnas. Carmelitas de San José.
- A las 18,30 h., en San Francisco, aniversario de Paquita
Safont Gallén.
- A las 19,30 h., en la Parroquia, aniversario
de Mª Trinidad García Porcar.
· Domingo 24 –
Natividad de San Juan Bautista.
13 h., BAUTIZOS .
Hermanas Carmelitas de San José
Las Carmelitas de San José llegan
a L’Alcora el 21 de junio de 1968. Para
instalar el noviciado en la casa «Marco» vinieron tres hermanas y ocho novicias.
El 1 de mayo de 1970 se
utilizan los locales como “residencia” dando acogida
a algunos ancianos. A finales de 1973, aumenta el número de residentes.
En
noviembre de 1976 se comenzó a derribar la vieja casa de Marco y en junio de
1979 se inaugura la residencia para los Ancianos «HOGAR MADRE ROSA OJEDA»
En la actualidad la comunidad
está formada por seis Hnas. Carmelitas de San José y setenta residentes.
Desde la parroquia agradecemos los
cincuenta años de servicio y presencia en L’Alcora. GRACIAS.
DOMINGO
XI / B del T.O.: Marcos
4, 26-34
«El reino de Dios se parece a un hombre que echa
simiente en la tierra».
La parábola habla de siembra humilde, paciente y misteriosa de la
palabra de Dios en el corazón humano.
El trabajo del sembrador es preparar la tierra y sembrar; y confiar en
la fuerza vital oculta de la semilla. La
parábola resalta el contraste entre la espera paciente del sembrador y el
crecimiento irresistible de la semilla; duerma o vele, de día o de noche, la
semilla va germinando ella sola sin que él sepa cómo, si realmente es semilla
viva. Y Jesús y su evangelio lo son.
Vivimos inmersos y configurados por la cultura de la eficacia.
Acostumbrados a valorar el trabajo eficaz y el rendimiento de las inversiones
podemos olvidar que Jesús habla de fecundidad, no de eficacia. El éxito de cada uno de nosotros o de
nuestros proyectos hoy se mide en resultados contables. Y la eficacia requiere rapidez; hay que
producir y crecer lo más rápidamente posible. La tentación es violentar la
semilla, tirar de la planta para que crezca, segarla antes de tiempo, denigrar
el campo porque no produce la cosecha esperada. Todas estas reacciones
delatarían la falta de fe en la semilla del evangelio.
Jesús no habla de cosas grandes.
El reino de Dios es algo muy modesto en sus orígenes que puede pasar
desapercibido. La “ingente tarea” de la evangelización no es un problema que
haya que resolver con más medios y mejores técnicas. Todos estamos llamados a participar porque
todos podemos sembrar pequeñas semillas de esa nueva humanidad. Como seguidores
de Jesús, no estamos para forzar el esplendor social de su reinado, sino para testimoniar la fe en su dinamismo. Todos podemos ser testigos
trasparentes de lo que anunciamos.
Lo importante es
creer en el evangelio del reino, testimoniar la fe en Dios de manera gozosa y gratuita, movilizar confianza.
Dios se complace en lo débil y en lo pequeño.
El Reino de Dios arranca de lo pequeño: el Grano de mostaza.
El banquete de la Eucaristía arranca de dos pobres ofrendas: pan y vino.
La pequeña semilla posee dentro de sí una gran fuerza. Dios le dará crecimiento.