DEL
1 AL 8 DE JULIO DE 2018
CULTO EN L’ALCORA
·
Domingo
1 - XIII del
Tiempo Ordinario
-
Colecta del Óbolo de San Pedro –
·
Martes 3 - Santo Tomás apóstol
·
Viernes 6 - PRIMER VIERNES DE MES -
A las 19,30 h., Apostolado de la Oración, misa por Milagros Guillamón Badenas.
- A
las 21,30 h., en la Capilla del Santísimo, Vigilia de la Adoración Nocturna.
·
Sábado 7 - A las 18,30 h.,
en San Francisco, aniversario de Juan José
Gasch Barreda.
-
A las 19,30 h., en la
Parroquia , aniversario de Cristobal Albaro Peña.
·
Domingo 8 - XIV
del Tiempo Ordinario.
- Colectas destinadas a CARITAS –
- FIESTA de SAN CRISTÓBAL -
A las 10 h., en Pl. de
España, bendición de vehículos, seguidamente,
misa en la ermita de San Cristóbal.
DOMINGO XIII / B del T.O.: Marcos 5, 21-43
APRENDER A … LEVANTARSE
Los dos personajes del evangelio de hoy son personajes llenos de
coraje.
La mujer, impura
ante la sociedad y avergonzada de su mal se
mete entre la multitud y tiene el atrevimiento de tocar el manto de
Jesús y «arrancarle» la misma energía de su amor curativo…
El jefe de la
sinagoga es capaz de superar todos sus prejuicios (¿no es Jesús un pecador que realiza
curaciones en sábado incluso en la misma sinagoga…?) y la murmuración
de la gente tal vez escandalizada del actuar de un hombre religioso como él…
Son los caídos
capaces de levantarse a pesar de todos los pesares. ¡Siempre es posible aprender a levantarse!
Cuestión de Fe
El
evangelio de este domingo aborda la cuestión de la fe. Los protagonistas, un hombre y una mujer,
están sumidos y acosados por la enfermedad y la muerte; ambos además, tienen
que vencer una fuerte presión social. En público o en privado, con palabras o
en silencio, ambos suplican en la necesidad.
Jairo
acude a Jesús suplicando ayuda, y se humilla a los ojos de todos echándose a
sus pies.
La
mujer, anónima, acude en secreto con la confianza de curarse con solo tocar el
manto. Como mujer es un ser marginado
social y religiosamente; como enferma del flujo de sangre continuo es un
símbolo de una frustración vital y motivo de desprecio. Legalmente era impura y
sabía que tenía que evitar todo contacto con las personas. Al tocar a Jesús no solo se atreve a
contravenir una costumbre sino que quebrante lo establecido por la ley y la
religión y se expone a las más duras sanciones.
En
ambos personajes queda personificada la confianza en Jesús y la fe como causa
del paso de la muerte a la vida.
Jesús
se muestra como liberador de la exclusión, la enfermedad y de la muerte. La mujer siente que, al simple roce con el
manto, su cuerpo había sido curado. Y Jesús quiere hacerlo patente a la vista
de todos. La niña que empieza a ser
mujer (“tenía doce años”), escucha personalmente el imperativo: «Contigo hablo,
niña, levántate». Y «la niña se puso en pie inmediatamente y echó a andar».
Dios
quiere la salvación y la vida. La mujer
marcha no solo curada en su cuerpo, sino rehabilitada y sanada de raíz; la niña
no ha muerto definitivamente: solo duerme. La vida que ofrece Jesús rebasa la
divisoria de la muerte.
Jesús
topa con la incredulidad y resistencia de la gente. Primero se escucha la voz de la resignación: «Tu
hija se ha muerto. ¿Para qué molestar al maestro?» «Todo está perdido; ya nada se puede esperar».
Después
escucha la voz de la desconfianza y el escepticismo al afirmar que la niña no
estaba muerta sino dormida: «y se reían de él».
¿Amamos
la vida, la nuestra y la de todos?
¿La
favorecemos y hacemos posible?
Antonio L. García
Levántate mujer maltratada, dice JesuCristo,
y
recupera la confianza en las relaciones con los demás
.
Javier Prats Cambra