DEL 2 DE JUNIO AL 9 DE JULIO DE 2017
CULTO EN ARAIA
Domingo 2 de
julio a las 12 h., misa
CULTO EN L'ALCORA
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Domingo 2 – XIII DEL TIEMPO
ORDINARIO.
- Colecta del Óbolo de San Pedro -
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Viernes 7 – PRIMER VIERNES DE
MES
- A las 19,30 h., Apostolado de la Oración, misa
por Maria Cabrera Castan.
- A las 21,30 h., en la Capilla del Santísimo, Vigilia de la Adoración Nocturna.
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Sábado 8 - A las 18,30 h., en San Francisco, aniversario de
Mª Dolores Ibañez Negre.
- A las 19,30 h., en la
Parroquia , aniversario de
Almundio Gil Colomer.
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Domingo 9 – XIV DEL TIEMPO ORDINARIO.
- Colectas destinadas a CÁRITAS –
- FIESTA de SAN CRISTÓBAL -
* A
las 10 h., en Pl. de España, bendición de vehículos,
seguidamente, misa en la ermita de San
Cristóbal.
DOMINGO
XIII / A del T.O.: Mateo
10, 37-42
Aunque no sea más que un
vaso de agua fresca.
Uno de los hechos más
positivos y esperanzadores de nuestra sociedad es, sin duda, el crecimiento del
voluntariado social. ¿Cómo se despierta
esa sorprendente vocación a vivir gratuitamente al servicio de los demás?
*Lo primero es abrir los ojos y tomar
conciencia de que no todos disfrutan de bienestar. La mirada del futuro
voluntario se detiene sobre el sufrimiento, la marginación y los problemas de
tantas personas necesitadas de apoyo y compañía. En su corazón se despierta el
deseo de «hacer algo» por aliviar su sufrimiento.
*Pero no
bastan los buenos deseos. El voluntario toma una decisión: comprometerse a
servir a los necesitados en un campo concreto.
Y lo hace por coherencia con sus convicciones humanas o inspiradas por
su fe cristiana.
El voluntario no da cosas,
se da a sí mismo. Ofrece su persona, sus cualidades, su tiempo libre. En su
vida hay un tiempo que es para los demás. Un tiempo entregado a quienes sufren
y necesitan alguna ayuda. Esta es su manera
concreta de vivir la solidaridad o el amor cristiano.
El voluntario actúa movido
sólo por un amor desinteresado y gratuito. Por eso, su vida interpela: mientras muchos viven pendientes de su propio
bienestar, él se dedica a poner amor, compañía y ayuda en esas vidas donde todo
parece sufrimiento, marginación y desgracia.
El voluntario sabe que su
servicio será más eficaz si se integra en una asociación o institución
concreta. Por su parte, el voluntario cristiano alimenta y sostiene su
compromiso en la vida de una comunidad cristiana.
En todo esto no basta la
buena voluntad. El voluntario necesita preparación tanto teórica como práctica.
Esta preocupación por su capacitación personal es signo y prueba de la seriedad
de su compromiso por ofrecer un servicio eficaz.
Pensemos en la lista larga
de ancianos solos y enfermos, crónicos mal atendidos, disminuidos físicos y
psíquicos sin apoyo familiar, depresivos hundidos en la soledad... Su necesidad
de compañía, apoyo cercano y seguimiento afectuoso está pidiendo algo más que
el servicio técnico del profesional. Según Jesús, nada quedará sin recompensa.
Ni siquiera el «vaso de agua fresca» que se dé a «uno de estos pobrecillos».
José Antonio Pagola