DEL 26 DE
AGOSTO AL 2 DE SEPTIEMBRE DE 2018
FIESTAS EN HONOR AL
SANTÍSIMO CRISTO
DEL CALVARIO
· Domingo 26 – Stmo. CRISTO del Calvario
Este día, el Calvario estará abierto
desde las 7h.
Horario de Misas y Procesión:
* 9
h., en San Francisco.
* 10 h., en las Carmelitas y en la Foia.
* 11,30 h., en la
Parroquia , Misa Solemne.
*
19 h., en la Parroquia.
* 20 h., Ofrenda de flores al Cristo y Solemne
Procesión al Calvario.
·
Lunes 27 - A las 17,30 h., en la
Parroquia , Misa Solemne en sufragio de los Difuntos de l’Alcora.
Seguidamente Procesión hasta el Cementerio y responso
AVISO: Del martes 28 al viernes 31 no hay misa
por la
tarde; sólo la de 7,55 h. en la Capilla de las Carmelitas.
·
Sábado 1 – A
las 18,30 h misa en San Francisco
* No habrá Misa vespertina en la Parroquia.
· Domingo 2 – XXII
del
Tiempo Ordinario
Horario
de Misas:
9 h., en San Francisco.
10 h., en las Carmelitas y en la Foia.
12 h., en la Parroquia.
* Colectas destinadas a CÁRITAS.
El SIGNO de la CRUZ José Ign. Calleja Saenz
Sin duda alguna, el símbolo
cristiano por excelencia es la cruz. Allí donde aparece, todos saben que esa celebración, esa despedida, esa lucha, está
referida a Jesucristo. Seamos
honestos en su uso, porque es delicado usar la cruz por doquier y no tener la tentación de hacerlo a
la ligera.
La historia de la fe es un camino tortuoso
alrededor de la cruz. Entre la maravilla de
los mejores testigos que lo han dado todo por bajar de la cruz a los
crucificados de la historia, y quienes, por el contrario, han perseguido con la
cruz hecha espada y violencia a otros humanos, tenemos en nuestro haber de todo
y para todos. Por eso, desde el perdón
solicitado cuantas veces sea necesario repetirlo, volvamos a ella, y al
mirarla, confiemos en quedar sanados en su debilidad. Aliviados de todo lo que nos duele en la vida
y curados de imaginar a Dios en una gloria sin cruz.
Nosotros, los cristianos, no creemos en la cruz como quien gusta del fracaso por el fracaso. Amamos la
vida de todos, la vida de calidad y digna para todos, y la amamos por el camino de la felicidad. Asumimos
que Jesucristo, el Señor, no pasó por la
cruz redentora como si el dolor fuese del gusto del corazón de Dios. Simplemente,
la cruz revela que el amor y la compasión tienen poco espacio en el mundo de
los injustos, y a quien defiende esos
valores divinos, lo crucifican.
La cruz de Jesús es salvadora porque no es la última palabra sobre la vida
humana, ni es la voluntad secreta de Dios para castigo de sus hijos. La cruz,
por la resurrección, es el camino de la salvación del Dios que nunca ha fallado
a su pueblo, sorprendiéndolo con su compasión. Porque Dios es compasión, y no
poder, así se entiende la cruz. La cruz
es lo que los humanos nos cargamos unos a otros, cuando nos empeñamos en
dominar y juzgar. La cruz es el madero de nuestro orgullo contra los sencillos
de corazón. La cruz es el peso de nuestra injustica contra los excluidos y silenciados.
Y ante ese fracaso, Dios mismo se suma a lo más débil y olvidado del mundo para
compartir el camino de nuestra salvación.
Desde los últimos del mundo y desde lo más despreciado de nuestra sociedad,
desde los que más sufren en su debilidad espiritual y material, Dios nos
desconcierta con su cruz de salvación.
Sin alardes, sin ostentación, sin apropiarse
con uñas y dientes de una condición señorial, despojándose de todo lo que pueda
oscurecer el amor y su compasión por lo más frágil del mundo, allá tiene que ir
Jesucristo hasta la cruz. Porque Jesús no va hasta la cruz, sino que lo empujan
sin remedio por un estrecho pasillo que no deja más salida que la cruz o la
mentira sobre Dios; la cruz o la traición a los predilectos de su Padre. Y él
es fiel a su Dios, y sin remedio, a esa cruz.
La cruz no se elige por sí misma; se elige para vivir de un modo fiel a
Dios que provoca la persecución y la cruz para los mejores.
Pero la
cruz, no se elige, sino que se
acepta;
no se utiliza, sino que se
ofrece;
no
se evita, sino que se acoge.
Así
la cruz es signo de Jesucristo.
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