DEL
19 AL 26 DE MARZO DE 2017.
CULTO EN L¡ALCORS
· Domingo
19 - TERCERO DE CUARESMA.
- DIA DEL SEMINARIO – (Colectas
destinadas a los Seminarios diocesanos)
11 h., en la
Parroquia misa solemne de
San
JOSÉ, patrono de la Caja Rural.
No hay misa de 12 h. en la Parroquia.
· Lunes
20 - SAN JOSÉ, esposo
de la Virgen María.
· Viernes
24 – Abstinencia -
* A las
15,30 h., Vía Crucis y misa en el Calvario.
Exposición Mayor en la Capilla hasta las 24 h.
· Sábado
25 - A las 18 h., misa en San Francisco,
A las 19 h., en la Parroquia , aniversario: Gregorio
Martínez Rivas.
· Domingo
26 – CUARTO DE CUARESMA.
ADORACIÓN DEL SANTÍSIMO
Miércoles 22
- De 17 h., hasta la Misa, en la Parroquia.
A las 18 h., tendremos el rezo
de vísperas.
Jueves 23 - De
11 h., a 12 h., en San Francisco.
CONVOCATORIAS
- Jueves 12 a las 21 h., en los salones parroquiales, reunión
de la Hospitalidad de Lourdes.
Domingo III de CUARESMA:
Juan 4, 4-42
DIOS NO DISCUTE SINO QUE DIALOGA
Es curioso el encuentro de Jesús con la mujer de Samaria. No
discute con ella. No discute de religión. No discute sobre sus dioses. No discute
sobre tantos maridos. Es que discutir es poner al otro en autos para comenzar a
defenderse. Dios prefiere que bajemos la guardia y vayamos abriéndole nuestro
corazón. Jesús sencillamente dialoga y lo hace de la manera más sencilla. Es
por ese camino que va entrando en ella como el aceite sobre la madera, se va metiendo
en su corazón casi sin que ella se entere.
Jesús dialoga sin ofenderse. La mujer comienza muy tiesa,
retadora: “¿Cómo tú siendo judío me pides a mí de beber?” Jesús no responde al
reto, sencillamente desvía la conversación y la va envolviendo en el misterio
de la sed y de la gracia. Tampoco le echa discursos vacíos, sencillamente se
mete por las pocas rendijillas que ella deja abiertas. Comienza por la sed,
sigue con el agua, la lleva a un agua nueva, a un sed nueva hasta que termina
dentro de su secreto: sus maridos. Cuando uno se siente tocado por dentro,
comienza a abrirse. Se ve en el diálogo: primero Jesús es un judío, un enemigo,
luego pasa a ser “Señor”, luego ya lo ve como un “profeta” y termina reconociéndole
como el Mesías.
¿Por qué discutiremos tanto y tan inútilmente? Discutir es
distanciarnos más y aferrarnos más a nuestras seguridades.
¿Por qué no dialogaremos más? Dialogar no sobre ideas, sino
hablar desde el otro, desde lo que al otro le duele, desde lo que el otro lleva
dentro. Entrar dentro del otro sin herirlo sino con amabilidad, con bondad, con
respeto y deseos de responder a sus inquietudes. Ese es el verdadero diálogo,
ese es el diálogo que nos lleva al encuentro, a bajar cada uno las armas y
abrirnos mutuamente el corazón. ¿No podrían dialogar así los maridos y esposas?
¿No podrían dialogar así los padres y los hijos? ¿No podríamos dialogar así los
pastores con nuestros fieles?