DEL 26 DE MARZO AL 2 DE ABRIL DE 2017.
CULTO
EN L’ALCORA
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Domingo 26 – CUARTO DE CUARESMA.
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Viernes 31 – Abstinencia.
* A las 15,30 h., Vía Crucis y misa en el Calvario.
* A las 19,30 h., en la parroquia aniversario
de Constantina Rubio Olmo.
·
Sábado 1 - A las 18,30 h., en San Francisco, misa de la Cofradía del Nazareno.
- A las 19,30 h., en la Parroquia, misa de la Hermandad
del Stmo. Cristo del Calvario.
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Domingo 2 – QUINTO DE CUARESMA.
*
A las 12 h., en la Parroquia, misa de la Cofradía
del Santo Sepulcro.
* Colectas
destinadas a CÁRITAS.
ADORACIÓN
DEL SANTÍSIMO
Miércoles 29
- De 17,30 h., hasta la Misa, en la Parroquia.
A las 19 h., tendremos el rezo
de vísperas.
Jueves 30 - De 11 h., a 12 h., en San Francisco.
CLAUSURA VISITA PASTORAL
El sábado 1
de abril, tenemos la clausura de la
Visita Pastoral a nuestro arciprestazgo, con una Eucaristía presidida por nuestro
Obispo a las 12 h., en la Iglesia parroquial de Lucena.
Luego
tendremos una comida (menú 16 €) quienes deseen participar comuníquenlo antes
del jueves 30.
CHARLAS CUARESMALES
Este lunes
día 27 y el martes día 28, en los salones
parroquiales, a las 20 h., tendremos las charlas cuaresmales a cargo de Mosén Antoni
Meliá Fortuna, rector de la parroquia de la Asunción, de Albocácer.
CONVOCATORIAS
- Lunes
27 - a las 16 h. reunión de Vida Ascendente.
-
Miércoles 29 a las 20 h. en la iglesia parroquial reunión con los padres de los niños de Primera Comunión.
Domingo
IV de CUARESMA: Juan 9, 1-41
El relato de "La
curación del ciego de nacimiento", nos describe el recorrido interior que va haciendo un hombre perdido
en tinieblas hasta encontrarse con Jesús, «Luz del mundo».
No conocemos su nombre.
Sólo sabemos que es un mendigo, ciego de nacimiento, que pide limosna en las
afueras del templo. No conoce la luz. No la ha visto nunca. No puede caminar ni orientarse por sí mismo. Su
vida transcurre en tinieblas. Nunca
podrá conocer una vida digna.
Un día Jesús pasa por su
vida.
El ciego está tan necesitado que deja que le trabaje sus ojos. No sabe quién es, pero confía en su fuerza curadora. Siguiendo sus indicaciones, limpia su mirada en la piscina de Siloé y,
por primera vez, comienza a ver. El encuentro con Jesús va a cambiar su vida.
Los vecinos lo ven
transformado. Es el mismo pero les
parece otro. El hombre les explica su
experiencia: «un hombre que se llama Jesús» lo ha curado. No sabe más. Ignora quién es y dónde está,
pero le ha abierto los ojos. Jesús hace bien incluso a aquellos que sólo lo
reconocen como hombre.
Los fariseos, entendidos
en religión, le piden toda clase de explicaciones sobre Jesús. Él les habla de su experiencia: «sólo sé
una cosa: que era ciego y ahora veo». Le preguntan qué piensa de Jesús y él les
dice lo que siente: «que es un profeta».
Lo que ha recibido de Él es tan bueno que ese hombre tiene que venir de
Dios. Así vive mucha gente sencilla su fe en Jesús. No saben teología, pero sienten que ese
hombre viene de Dios.
Poco a
poco, el mendigo se va quedando solo. Sus padres
no lo defienden. Los dirigentes religiosos lo echan de la
sinagoga. Pero Jesús no abandona a quien lo ama y lo
busca. «Cuando oyó que lo habían expulsado, fue a buscarlo». Jesús tiene sus
caminos para encontrarse con quienes lo buscan. Nadie se lo puede impedir.
Cuando Jesús se encuentra
con aquel hombre a quien nadie parece
entender, sólo le hace una pregunta: «¿Crees en el Hijo
del Hombre?» ¿Crees en el Hombre Nuevo, el Hombre plenamente humano
precisamente por ser expresión y encarnación del misterio insondable de Dios? El mendigo está dispuesto a
creer, pero se encuentra más ciego que nunca: «¿Y quién es, Señor, para que crea en él?»
Jesús le dice: «Lo
estás viendo: el que te está hablando, ése es». Al ciego se le abren ahora los ojos del
alma. Se postra ante Jesús y le
dice: «Creo, Señor».
Sólo escuchando a Jesús y dejándonos conducir interiormente por él, vamos caminando
hacia una fe más plena y también más humilde.