DEL 27 DE AGOSTO AL
3 DE SEPTIEMBRE DE 2017
FIESTAS EN HONOR AL SANTÍSIMO CRISTO DEL
CALVARIO
Domingo 27 – STMO. CRISTO DEL CALVARIO
Este día, el Calvario estará abierto desde las
7h.
Horario de Misas y Procesión:
* 9 h., en San Francisco.
* 10 h., en las Carmelitas y en la
Foia.
* 11,30 h., en la
Parroquia , Misa Solemne.
* 19
h., en la Parroquia.
*
20 h., Ofrenda de flores
al Cristo y
Solemne Procesión al Calvario.
Lunes 28 - A las 10,30 h., en la Parroquia ,
Misa Solemne en sufragio
de los Difuntos de l’Alcora.
Seguidamente Procesión hasta el Cementerio,
y responso por los fieles difuntos.
AVISO: Del martes 29 al viernes 1 no
hay misa por la
tarde; sólo la de 7,55 h. en la Capilla de las Carmelitas.
Viernes 1 – PRIMER VIERNES DE MES.
Sábado 2 – A las 18,30 h misa en San Francisco
* No
habrá Misa vespertina en la Parroquia.
Domingo 3 – XXII DEL TIEMPO ORDINARIO
Horario de Misas:
* 9 h., en San
Francisco.
* 10 h., en las Carmelitas y en la Foia.
* 12 h., en
la Parroquia.
* Colectas destinadas a CÁRITAS.
TAPICES DEL CRISTO
Se
pueden adquirir en el Calvario al precio de 20 €.
¿QUÉ SIGNIFICA LA CRUZ? Javier Ordovás
La Cruz se ha
convertido en el mejor símbolo de victoria y salvación, expresa la cercanía y
entrega de Cristo, el amor ilimitado de Dios
No nos damos mucha cuenta, porque ya estamos acostumbrados
a ver la cruz en la iglesia o en nuestras casas. Pero la cruz es una verdadera cátedra,
desde la que Cristo nos predica siempre la gran lección del cristianismo.
La cruz resume toda la teología sobre Dios, sobre
el misterio de la salvación en Cristo, sobre la vida cristiana.
La cruz es todo un discurso: nos presenta a un Dios
trascendente pero cercano; un Dios que ha querido vencer el mal con su propio dolor;
un Cristo que es juez y señor, pero a la vez siervo, que ha querido llegar
a la total entrega de sí mismo, como
imagen plástica del amor y de la condescendencia de Dios; un Cristo que en
su Pascua -muerte y resurrección—ha dado al mundo la reconciliación
y la Nueva Alianza entre la humanidad y Dios.
Esta cruz ilumina toda nuestra vida. Nos da
esperanza. Nos enseña el camino de cada
día. Nos asegura la victoria de Cristo, a través de la renuncia a sí mismo,
y nos compromete a seguir el mismo estilo de vida para llegar a la nueva
existencia del Resucitado.
La cruz, que para los judíos era escándalo y para los
griegos necedad (1 Cor 1,18-23),
que escandalizó también a los discípulos de Jesús, se ha convertido en
nuestro mejor símbolo de victoria y esperanza, en nuestro más seguro signo
de salvación y de gloria.
No es de extrañar que, cuando en nuestra celebración empleamos
el gesto simbólico del incienso—signo de honra, de veneración
y alabanza— sea en primer lugar la cruz la que reciba nuestro homenaje.
En esa cruz se centra nuestra
comprensión de Cristo y de su misterio pascual. Ahí está concentrada la
Buena Noticia del Evangelio. Todas las demás palabras y gestos simbólicos lo que hacen es explicar,
desarrollar (y, a veces, oscurecer)
lo que nos ha dicho la cruz…
DOMINGO XXI / A del T.O.:
Mateo 16, 13-20
«Y vosotros,
¿quién decís que soy yo?»
Jesús nos pregunta, cuál es nuestro Dios. ¿Él? ¿El dinero?
¿El placer?
¿En
qué templo oramos: en
el suyo, o en el de algún ídolo moderno?
Señor, que nuestra vida manifieste que Tú eres
para nosotros un modelo de vida.
Que sepamos dar una
respuesta cristiana en cada situación y que
seamos comprensivos con nosotros y con los demás.